La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) reconoció a profesionales de la sociología que han contribuido de manera destacada en la formación docente y la investigación.

En el acto se ensalzó a distintas personalidades por sus aportes al desarrollo y la democracia en la sociedad dominicana desde aspectos como la producción bibliográfica, la función pública y la dirección de instancias no gubernamentales de carácter nacional y regional.

“Con este sencillo pero significativo acto, en nombre de las autoridades del subconsejo directivo de la Escuela, docentes, estudiantes y egresados de la Escuela de Sociología de nuestra universidad,queremos rendir un merecido homenaje a profesores y profesoras que pertenecieron a varias generaciones de hombres y mujeres que a partir de los años 60 produjeron un cambio en el pensamiento social y político dominicano”, expresó la directora de la Escuela de Sociología de la UASD, Marina Ortiz.

Los homenajeados fueron Carlos Di Núbila, Carlos Julio Báez, Mario Bonetti, José del Castillo, Vanna Ianni, Wilfredo Lozano, Irma Nicasio, Rolando Pérez Uribe, Maximiliano Puig, Rubén Silié, Dagoberto Tejeda, Jorge Max Fernández, Francisco Abel Abreu, Gerónimo de Sierra y Manuel Cocco.

En ese orden, se hizo un reconocimiento póstumo a Franklyn Franco, Frank Báez Evertsz, Walter Cordero, Isis Duarte, Frank Marino Hernández, José Ricardo Roque, Luis Fernando Tejada, Carlos Dore y André Corten.

La profesora Irma Nicasio Rodríguez fue escogida para dar las palabras de agradecimiento en representación de las 24 figuras que fueron distinguidas la tarde de ayer en la Biblioteca Pedro Mir.

“En nombre de los maestros y maestras de Sociología y en el mío propio, profesionales que contribuimos a formar varias generaciones de sociólogos, queremos agradecer a la doctora Marina Ortiz, directora, y a los miembros del subconsejo Directivo de la Escuela de Sociología por estos reconocimientos otorgados en un momento que, debido a la pandemia, hemos pasado de la presencialidad a la virtualidad, perdiendo así el contacto cotidiano entre profesores y alumnos”, destacó.

La educadora reiteró que “en tiempos de incertidumbre, confusión y antivalores, y en una sociedad que vive en una crisis de anomia y desorganización social”, se sentía muy alegre porque se dé mérito a su quehacer sociológico y el de sus compañeros.