En una actividad con los colores de la bandera dominicana, la Misión Permanente de la República Dominicana ante la Oficina de las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra conmemoró el 179 aniversario de la Independencia Nacional.

A la actividad, celebrada en la sede de la Organización Mundial por la Propiedad Intelectual (OMPI), en Ginebra, Suiza, asistieron unas 300 personas, entre los cuales figuraron miembros del cuerpo diplomático, así como los funcionarios de los organismos multilaterales radicados en esa ciudad.

Al inaugurar la recepción, el embajador Virgilio Alcántara, representante permanente, leyó unas palabras de bienvenida, afirmando que la actividad perseguía honrar a un país donde más de cien generaciones de dominicanos han venido compartiendo sus sueños y aspiraciones de libertad, desarrollo económico y felicidad.

Refiriéndose a la candidatura del país al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,  el diplomático resaltó que “los dominicanos somos la fuente de muchas primicias históricas en nuestra región, entre ellas, el primer hito en la lucha por los derechos humanos: los dos sermones del fraile dominico Antón de Montesinos, pronunciados el 21 y 28 de diciembre de 1511, denunciando los abusos cometidos por los colonizadores contra la población indígena”.

A continuación, el discurso íntegro del embajador Virgilio Alcántara:

Quisiera expresar mi agradecimiento a todos ustedes por acompañarnos en esta conmemoración de nuestro Día Nacional, un día que simboliza un largo e histórico viaje iniciado el 27 de febrero de 1844.

Hoy honramos a nuestra Patria, al país donde más de cien generaciones de dominicanos han venido compartiendo sus sueños y aspiraciones de libertad, de desarrollo económico y de felicidad.

Una Patria que ha sido la fuente de muchas primicias históricas en nuestra región. Me gustaría destacar una de ellas, especialmente en esta ocasión: haber sido escenario del primer hito en la lucha por los derechos humanos.

Ese hito, se reconoce generalmente, estuvo representado por dos sermones del fraile dominico Antón de Montesinos, pronunciados el 21 y 28 de diciembre de 1511, denunciando los abusos cometidos por los colonizadores contra la población indígena. El contenido de esos dos sermones se convirtió, años después, en Derecho Positivo: las llamadas Nuevas Leyes de Indias.

Este reconocimiento motivó que la estatua del Padre Montesinos fuera elegida como el símbolo que identifica la promoción de nuestra candidatura para ser miembro, por primera vez, del Consejo de Derechos Humanos.

En ese contexto, ahora me gustaría realizar la siguiente reflexión: ¿qué significado puede tener la Independencia de la República Dominicana para todas las demás naciones?

¿Qué trascendencia puede tener ese evento político para los diplomáticos aquí reunidos, y para los demás ilustres invitados, dominicanos y de otras nacionalidades?

Una declaración de Independencia es, ante todo, un acto humano.

Y me pregunto si lo que nos vincula a todos con este acontecimiento es el hecho de que, como seres humanos, ʺnada de lo humano nos es ajenoʺ.

La clave está en el impulso principal que ha llevado a los pueblos de todas nuestras naciones a luchar por su Independencia.

La clave es que una declaración de Independencia es el resultado de nuestro anhelo común de libertad.

La libertad es, sobre todas las cosas, la ausencia de necesidad, de coerción o de restricción en la elección o acción.

La primera referencia escrita del concepto de libertad se ha encontrado en lengua sumeria, y en ella se denomina Ama-gi, que literalmente significa ʺregresar a la madreʺ.

Volver a la madre significa volver al origen, volver a la fuente, lo que implicaría que la libertad -el Ama-gi del sumerio- es el sustento de la vida de los seres humanos.

Es, como ya lo definió alguien, el oxígeno del alma.

Y eso explicaría por qué es tan importante para cada uno de nosotros, por qué hemos estado dispuestos a afrontar todos los riesgos, y por qué hemos sido capaces de todos los heroísmos por tenerlo.

La libertad es, social, políticamente, muchas cosas por las que todos luchamos, cosas que están permanentemente presentes en las intervenciones que hacemos en los organismos multilaterales en los que representamos a nuestros pueblos:

La libertad es la autodeterminación nacional.

La libertad es autonomía.

La libertad es soberanía.

Después de este recorrido sobre el significado de la libertad, ya podemos dar respuesta a las preguntas con las que comenzamos nuestra reflexión.

Y podemos asegurar que la Independencia de la República Dominicana es importante para nosotros, para todos nosotros, porque representa la lucha de un pueblo, el pueblo dominicano, por su libertad.

La trascendencia de aquella Independencia, proclamada hace 179 años, es que fue fruto de una reivindicación inherente a la condición humana.

La trascendencia de la Independencia Dominicana es que fue el resultado de una aspiración común de todos nuestros pueblos: la aspiración a la libertad, la misma libertad que nos ha proporcionado a todos, aquí hoy, las identidades nacionales de las cuales nos enorgullecemos.

Es la razón por la que ahora les invito a levantar sus copas ya brindar conmigo en su conmemoración!

Gracias