La chef dominicana María Marte espera que para el verano de 2023 ya esté en marcha el proyecto de integración social que prepara en su ciudad natal, Jarabacoa, concebido para formar en gastronomía y hostelería a jóvenes de escasos recursos.
Es su principal ilusión para el próximo año, dar el último hervor a esta iniciativa en la que trabaja desde que volvió a República Dominicanas en 2018, dejando atrás el éxito obtenido en el restaurante Club Allard de Madrid, donde pasó de lavar platos (a su llegada en 2003), a consolidar con su trabajo al frente de la cocina las dos Estrellas Michelin del establecimiento.
"Estoy a punto de realizar el sueño de tener mi pequeño espacio para mi escuela y mi restaurante y le pido a Dios de todo corazón que ese sea mi regalo para 2023″, dijo la chef en declaraciones a EFE.
Según sus cálculos, las instalaciones que albergarán este nuevo escenario gastronómico y formativo, ubicado "en un campo maravilloso de Jarabacoa donde todo el que llegue sentirá aire puro y naturaleza", estarán listas para el mes de febrero, señaló.
Así que, a falta de rematar el espacio con los detalles necesarios para encender los fogones, Marte espera que para el verano de 2023 este ilusionante proyecto esté por fin en su punto tras años de dedicación.
Aunque aún está por bautizar, el nombre que le dará al lugar "es lo de menos" para la chef. Lo importante es "hacerlo realidad" con cariño, poniendo "todo el empeño en que sea un proyecto bonito y llenarme de esa satisfacción tan grande que es para mi formar a jóvenes de mi país, esa es la parte más importante", afirmó.
Pero si ese es el "real sueño" que María Marte ya puede oler y casi degustar, para su natal República Dominicana desea que en 2023 los gobernantes tengan "sabiduría y entendimiento para que nuestro país siga creciendo culturalmente y gastronómicamente", apuntó.
Nombrada embajadora Iberoamericana de la Cultura en 2021, Marte combina el cocinado de esta iniciativa con la regencia de una empresa para eventos privados y desarrolla un programa para salvar de la extinción diversas plantas autóctonas comestibles, en especial algunas que consumían los indios taínos y que han dejado huella en la gastronomía dominicana.
En 2014, la Real Academia de Gastronomía de España y la Cofradía de la Buena Mesa le otorgaron el Premio Nacional de Gastronomía al mejor jefe de cocina.
En 2017, siendo chef ejecutiva de El Club Allard, recibió el Premio Internacional Eckart Witzigmann en la categoría de Innovación, unos galardones que no le han quitado las ganas de cocinarse un nuevo futuro en República Dominicana ni el apetito por desarrollar nuevos proyectos.