Este domingo 11 de junio, cuando se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, el urólogo docente de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Marcos Arias, recuerda que éste es el cáncer más común detectado en la población masculina y tiene una alta probabilidad de sobrevivencia, siempre y cuando se diagnostique a tiempo.
Los diagnósticos y tratamientos de cáncer de próstata del Instituto de Oncología “Dr. Heriberto Pieter”, pasaron de representar un 6 % del total de casos en el 2001, a un 28% en el 2021, los cuales arrojan una clara tendencia al aumento en este centro especializado, durante los últimos 20 años.
El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más común en el país, superado solo por el cáncer de mama, de acuerdo a las cifras del instituto. Para el año 2021, esta institución registró 2,220 casos de cáncer en términos general, de los cuales el de mama representó el 30% (669), seguido por el cáncer de próstata, con un 26% (574).
Arias, también egresado de PUCMM y director del servicio de urología del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), explica que si bien la mayor incidencia del cáncer de próstata se da en pacientes con edades entre 55 y 70 años, la recomendación es iniciar los chequeos rutinarios anuales a los 40.
De esta manera, puntualiza el doctor, el urólogo ya tendrá un récord de ese paciente y en caso de detectar una alteración sospechosa, puede tomar medidas para un diagnóstico y tratamiento temprano.
Si el paciente tiene un familiar cercano, como padre o hermanos, con este diagnóstico, los chequeos deberían comenzar a los 35 años. “Hoy día, si el cáncer de próstata se detecta a tiempo, se puede curar en la inmensa mayoría y en casos que no, hay poco potencial de que la enfermedad complique la calidad de vida del paciente”, explica Arias.
“Hay pacientes que llegan con metástasis y este paciente generalmente ya no se puede curar. Por eso el énfasis de la visita temprana al urólogo, antes de que comiencen las molestias o síntomas…”, apunta. La edad y la herencia familiar son dos factores de riesgo inmodificables. Sin embargo, Arias aclara que una persona que mantenga hábitos saludables puede responder mejor a los tratamientos y recuperación.
Pruebas de sangre o tacto
Existen dos pruebas para la detección de cáncer de próstata: la prueba que mide antígeno prostático específico (PSA) en la sangre, o mediante tacto rectal (DRE).
El doctor Arias explica que la prueba PSA es el método más efectivo para diagnosticar o evaluar el cáncer de próstata en etapa temprana, pues detecta alteraciones antes de que puedan aparecer en el examen de tacto rectal. “Pero el tacto rectal sigue siendo una herramienta valiosa, pues nos permiten diagnosticar a pacientes que no tienen alteraciones en el examen de sangre, pero sí pueden presentar al examen físico, que pueda llevar al médico a indicar una biopsia”, lo que sugiere que cada método tiene sus indicaciones y se sirven de complemento en la evaluación del paciente.
“Hay personas que tienen miedo al diagnóstico porque piensan que el tratamiento dejará al paciente impotente para el resto de su vida. Y existen en nuestro país tratamientos bastantes efectivos y de vanguardia”, explica. Arias se refiere a la cirugía prostática con robot, a través del sistema Da Vinci, una mínimamente invasivo y de rápida recuperación para erradicar los tumores, disponible en el HOMS. “En nuestro caso, hacemos esta cirugía prácticamente cada 15 o 20 días”, dijo.