El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís mostró preocupación por las muertes de niños en hospitales del país, y abogó para que sean tomadas medidas urgentes para abordar la situación.
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, considera que la muerte de un niño, es siempre una tragedia, pero cuando se trata de la muerte de un niño en un hospital, la situación es especialmente dolorosa e indignante.
“Es cierto que el Ministerio de Salud ha estado haciendo esfuerzos para mejorar el sistema de salud en el país. Se han construido nuevos hospitales y se ha mejorado la capacitación del personal médico. Pero estas medidas aún no son suficientes para garantizar la seguridad y la calidad de atención en todos los hospitales del país”, precisó.
Reconoció que la muerte de un niño en un hospital, no es solo responsabilidad del Ministerio de Salud, pues todos los actores del sistema de salud, desde los médicos y enfermeras hasta los administradores hospitalarios, los políticos, la pastoral de la salud de la iglesia católica, tienen un papel importante que desempeñar en la mejora del sistema.
“Es necesario garantizar que los hospitales cuenten con los recursos y el personal adecuado para proporcionar una atención de calidad a los pacientes, especialmente a los niños y es fundamental mejorar la formación y capacitación de los profesionales de la salud para que puedan identificar y tratar correctamente las enfermedades y complicaciones que pueden surgir en los pacientes pediátricos”, significó el Obispo de la Diócesis.
Dijo que también es importante mejorar la infraestructura y la tecnología en los hospitales, para garantizar que los pacientes tengan acceso a los mejores tratamientos y equipos disponibles, lo que incluye, por ejemplo, la adquisición de equipos especializados para la atención neonatal y pediátrica.
Entiende que no se puede olvidar que la atención médica es solo una parte del sistema de salud, sino que es fundamental abordar las causas subyacentes de la enfermedad y la mortalidad infantil en el país.
Agregó que esto implica mejorar la educación y la nutrición, así como garantizar el acceso a agua potable y saneamiento básico.
“En definitiva, la muerte de niños en los hospitales de la República Dominicana debe ser un llamado a la acción para todos los actores del sistema de salud.”-
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, sugirió que se trabajemos juntos para mejorar la atención médica, la infraestructura y la tecnología, así como abordar las causas subyacentes de la mortalidad infantil en el país, como única garantía de un futuro más saludable y esperanzador para los niños dominicanos.