La empresa farmacéutica Eli Lilly anunció en las últimas horas que reducirá en un 70 % los precios por sus marcas más prescritas de insulina en Estados Unidos, donde paralelamente nuevos medicamentos para la diabetes están cambiando la forma en que en esa nación se trata a los pacientes que tienen diabetes o prediabetes y que allí suman entre unos y otros más de 100 millones de adultos.
El precio de la insulina en EEUU es mucho más alto que en otros países, con un promedio de 98,70 dólares por ampolleta, según una investigación de la organización sin ánimo de lucro Rand Corporation.
Eli Lilly domina el mercado junto con las farmacéuticas Novo Nordisk y Sanofi.
En EEUU, 3 de cada 10 personas con diabetes que usan insulina dependen de un producto de Eli Lilly, indicó la portavoz de la firma, Kelly Smith, quien destacó que la empresa pondrá también un límite de 35 dólares al costo mensual para pacientes que usan su medicamento.
Una portavoz de la Casa Blanca señaló este mes que para el presidente Joe Biden es una prioridad la reducción del costo de la insulina para todos y recordó que durante su discurso a la Unión, el jefe de Estado se comprometió a buscar una expansión de la disposición de la Ley para Reducir la Inflación que precisamente estipula un límite de 35 dólares en los costos de la insulina para personas mayores con el programa de cobertura médica Medicare, y que dicha disposición se pueda aplicar a todos.
Asimismo, aseguró que La Ley para Reducir la Inflación está ayudando a los latinos a cerrar la brecha en el acceso a medicamentos al mejorar la cobertura de fármacos recetados y reducir los precios de los medicamentos en Medicare, incluyendo la insulina.
"Aplaudimos a Eli Lilly por el importante paso de limitar la distribución de costos para su insulina y exhortamos a otros productores de insulina a hacer lo mismo", señaló a su vez en un comunicado Chuck Henderson, director general de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA, en inglés).
"Hemos sido capaces de alcanzar avances importantes en cuanto al acceso costeable a la insulina, incluido el nuevo tope de costos para los pacientes de Medicare, límites para los copagos estatales y desarrollo de ayudas para los pacientes por parte de productores de insulina", añadió.
Según la ADA y sin contar a los prediabéticos, más de 37 millones de personas, es decir casi el 12 % de la población de Estados Unidos, padecen diabetes y cada año se diagnostican 1,5 millones de nuevos casos.
La incidencia es desigual entre grupos étnicos y raciales, con un índice de diabetes en adultos del 14,5 % para los indígenas norteamericanos, 12,1 % para los afroamericanos, 11,8 % para los hispanos y 9,5 % para los asiático-estadounidenses.
Entre los latinos, la incidencia de diabetes es del 14 % entre los mexico-estadounidenses, 12,5 % entre los puertorriqueños, 8,3 % entre los suramericanos y centroamericanos y 6,5 % entre los cubanos, de acuerdo con las cifras de ADA.
"Si bien el sistema actual de cuidado de la salud provee acceso a la insulina para la mayoría de la gente con diabetes, aún no proporciona insulina asequible para todos y hay que cambiar esto", dijo David Ricks, presidente y director ejecutivo de Lilly.
"Los cortes sustanciales de precios que anunciamos harán una diferencia real para las personas con diabetes", añadió.
Ricks explicó que "llevará tiempo para que el sistema de seguros y las farmacias apliquen estos cortes, y por ello tomamos medidas adicionales para limitar de inmediato los costos para los pacientes que usan insulina y no están cubiertos por el tope en la Parte D de Medicare".
Nuevos medicamentos para la diabetes
El diario The Wall Street Journal reveló en su última edición dominical, bajo el título "Nuevos medicamentos para la diabetes cambian la forma en que se trata a los pacientes" (New Diabetes Drugs Change How Patients Are Treated), que después de años de recomendar el medicamento genérico metformina, la Asociación Estadounidense de Diabetes dice que los médicos podrían ahora administrar nuevos medicamentos.
La autora del reportaje, Ariana Pérez-Castells, recordó que durante años las personas con diabetes tipo 2 que necesitaban tomar medicamentos para reducir sus niveles de azúcar en sangre efectivamente comenzaron con un antiguo medicamento llamado metformina, genérico, pero que las nuevas pautas ahora recomiendan que comenzar con uno de los medicamentos más nuevos para la diabetes que, adicionalmente, también puede reducir el peso y proteger el corazón y los riñones.
El cambio a las nuevas medicinas podría ayudar a las muchas personas con diabetes que también están lidiando con condiciones como hipertensión, enfermedad renal y obesidad, Es decir, al mismo tiempo que enfrentan el alto nivel de azúcar en la sangre, que es un sello distintivo de su diabetes, padecen otros males.
Una traducción no oficial y resumida del reportaje: "Es una desviación fundamental del enfoque clásico de tratar de corregir los niveles de azúcar en la sangre, que es en lo que solíamos concentrarnos porque es todo lo que realmente podíamos hacer", dijo la Dra. Marie McDonnell, directora del programa de diabetes en Brigham and Women’s Hospital. en Boston, que ha recibido fondos para investigación de algunos fabricantes de medicamentos para la diabetes.
Estos nuevos medicamentos para la diabetes pertenecen a dos clases conocidas por los acrónimos SGLT-2 y GLP-1 por cómo funcionan.
El objetivo de los cambios era hacer que el tratamiento fuera más específico según el paciente, en lugar de centrarse en el medicamento, dijo la Dra. Nuha Ali El Sayed, endocrinóloga del Centro de Diabetes Joslin en Boston y vicepresidenta de mejora de la atención médica en la Asociación Estadounidense de Diabetes.
Son más caros y escasos porque ayudan a reducir peso
Sin embargo, los medicamentos nuevos cuestan más que la metformina y no son pocos los pacientes que no puedan pagarlos y se limitan a la metformina, dijeron los médicos.
Ozempic, por ejemplo, cuesta en EEUU casi $ 900 al mes y Jardiance alrededor de US$ 590 al mes.
Por el contrario, los pacientes pueden obtener el suministro mensual típico de metformina, que es genérico, por $25,72 sin seguro ni descuentos, según datos de GoodRx Holdings Inc., que ofrece cupones para descuentos en medicamentos.
“Creo que estos medicamentos funcionan muy bien; simplemente me molesta que sean tan caros y estén fuera del alcance de muchas personas que se beneficiarían más si pudieran pagarlos”, dijo la Dra. Rozalina McCoy, que trata a pacientes con diabetes en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Novo Nordisk A/S, que vende Ozempic, y el fabricante de Jardiance, Eli Lilly & Co., dijeron que los pacientes asegurados no pagan el precio de lista de sus medicamentos y que las compañías tienen programas para ayudar a las personas a pagar sus costos, lo que a veces incluye cubrirlos todos.
Algunos médicos también dijeron que la mayoría de los estudios que evaluaron los medicamentos más nuevos no los probaron sin metformina, lo que dificultaba afirmar si los beneficios para el corazón, los riñones y el peso se debían solo a los nuevos medicamentos.
Además, los estudios probaron los medicamentos SGLT-2 y GLP-1 en pacientes con alto riesgo de problemas cardíacos o renales y no en todos los que podrían recibirlos según las nuevas pautas.
El suministro podría ser un problema
Algunos pacientes con diabetes han tenido problemas para surtirse de Ozempic de Novo Nordisk, así como de Mounjaro y Trulicity de Lilly porque se han popularizado como alternativas para perder peso, aunque los reguladores de medicamentos no los han aprobado para tal uso.
Las compañías han dicho -destaca The Wall Street Journal- que están tomando medidas para ayudar a las personas con diabetes a obtener los medicamentos.
August Bellardine, un oficial retirado de electrónica de la Marina, de 65 años, dijo que tomó metformina a partir del año 2000, después de que le diagnosticaran diabetes tipo 2 por primera vez. El año pasado, un médico le recetó Ozempic en parte para ayudarlo a perder peso. Perdió 5 libras en las primeras tres semanas con el medicamento. Sin embargo, después de dos meses con Ozempic, cambió a una píldora GLP-1 llamada Rybelsus debido a problemas de suministro.
Las pautas de larga data de la ADA habían recomendado que las personas con diabetes que no habían podido controlar su enfermedad a través de la dieta y el ejercicio comenzaran el tratamiento farmacológico tomando metformina.
Los estudios encontraron que la metformina, que se aprobó por primera vez en los EEUU en 1995, redujo los niveles altos de azúcar en la sangre. Sin embargo, muchas personas con diabetes tipo 2 también tienen problemas cardíacos, de peso y renales, que a menudo requieren tratamiento con otros medicamentos.
La ADA cambió sus pautas en diciembre pasado y agregó los medicamentos más nuevos para la diabetes a sus recomendaciones para los tratamientos de primera línea.
Los inhibidores de SGLT-2, que significa cotransportador de sodio-glucosa-2, reducen el azúcar en la sangre al evitar que los riñones la reabsorban. En cambio, el azúcar en la sangre se libera a través de la orina.
Las píldoras incluyen Farxiga de AstraZeneca PLC, Jardiance de Boehringer Ingelheim GmbH y Lilly, Invokana de Johnson & Johnson y Steglatro de Merck & Co.
Los agentes GLP-1 copian la reacción natural del cuerpo al comer, produciendo una hormona llamada péptido 1 similar al glucagón que estimula la producción de insulina. Es la insulina la que ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre. Los medicamentos también suprimen el apetito de las personas, dicen los médicos.