El mundo registró la semana pasada 8.737 muertes por COVID-19, una subida del 4 % con respecto a los siete días anteriores, la primera desde principios de febrero, según indicó el informe epidemiológico semanal de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque a mediados de marzo se registró un marcado aumento de fallecimientos, éste se debió en realidad a modificaciones técnicas en el recuento de países como Estados Unidos, Chile o India, que reportaron entonces casos de meses anteriores.
Del 6 al 12 de junio los fallecimientos aumentaron un 21 % en América, donde se registraron 4.105, y un 17 % en Asia-Pacífico (1.882), mientras que en Europa los decesos bajaron un 18 % (2.208) y en el resto de las regiones, donde las cifras absolutas fueron mucho más bajas, también hubo caídas respecto a la semana anterior.
Los casos confirmados la semana pasada en todo el planeta fueron 3,2 millones, una cifra muy similar a la de los siete días anteriores, pese al aumento de contagios en América (del 13 % hasta 1,2 millones), el sur de Asia (del 33 %, hasta 67.000) y Oriente Medio (del 58 %, hasta 33.000).
En el resto de regiones se registraron descensos en los positivos, incluyendo Asia-Pacífico y Europa, donde la bajada fue del 8 % en ambos casos (970.000 y 873.000 contagios, respectivamente).
La OMS insiste en que las cifras actuales deben ser analizadas con cautela, ya que muchos países han reducido considerablemente el número de test, ante la proliferación de casos leves de la enfermedad.
Los países con más casos y muertes la semana pasada fueron Estados Unidos (743.000 contagios y 2.367 decesos) y China (501.000 y 1.201, respectivamente).
En el acumulado desde el inicio de la pandemia hace casi 30 meses se han confirmado 535 millones de casos y 6,3 millones de fallecimientos.