“¡Hemos superado la pandemia!”, exclamó el presidente de la República Luis Abinader durante su alocución de rendición de cuentas el pasado 27 de febrero. Con esa frase se afianzó el fin de las restricciones de salud para mitigar los contagios del virus de la COVID-19.
Aun cuando el virus no se ha ido por completo, su desplome se refleja en las estadísticas de los últimos tres meses.
En enero se registraron 136,593 nuevos contagios, luego en febrero hubo 18,392 y 3,218 en marzo. En lo que va de abril se han reportado 1,165 casos. Hasta este 26 de abril en el país habían 301 casos activos.
Lo mismo se refleja en las defunciones y en la ocupación hospitalaria. Las últimas defunciones se reportaron el 16 de marzo y luego el 4 de abril. Los hospitales se encuentran en un 2% de ocupación y solo 1% de los ventiladores están en uso.
“El nivel de ingreso hospitalario es bajísimo. Se puede decir que en estos momentos la enfermedad está bajo control. Las medidas que se han tomado han sido favorables y acordes pero no se debe nunca bajar la guardia”, expresó Senén Caba, presidente del Colegio Médico Dominicano.
Aun cuando reconoce la realidad epidemiológica del país, criticó que las autoridades de Salud Pública se han apresurado a desmontar los centros de vacunación.
“Miren como en Estados Unidos hay comunidades con altos casos. Vemos el caso en Pekín, China, que hay un repunte de una variante de ómicron. Por eso hay que mantener un determinado nivel de alerta y seguir insistiendo en la vacunación, en especial en los niños y personas vulnerables”, dijo.
La baja demanda en la vacunación hizo que en marzo Salud Pública comenzara a cerrar algunos centros en Santo Domingo. Muchos de esos centros operaban en espacios privados, como centros comerciales, lo cual supone un gasto no solo por el pago del personal médico sino también por el alquiler del espacio.
De la misma forma, centros de salud que solo atendían casos de COVID-19 volvieron a ofrecer servicios en general. Se citan los casos de CECANOT y el hospital Félix María Goico, que pertenecían a esa red especial.
En cuanto a presupuesto, el Estado dominicano ha invertido unos 193 millones de pesos en la nómina de la red COVID-19 desde febrero pasado cuando se eliminaron las restricciones hasta la fecha.
ACENTO quiso contar con el testimonio oficial del Ministerio de Salud Pública para este trabajo pero fue imposible obtener una entrevista. Pese a los mensajes enviados, las llamadas realizadas y la visita a esa institución , no se pudo coordinar una entrevista antes de publicar este trabajo. |
El fin de la pandemia, ¿para cuándo?
Aunque efectivamente el panorama de la COVID-19 en el país está controlado y los casos en el mundo se han reducido a los niveles más bajos, el fin de la pandemia no ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta el momento, el Comité de Emergencias de la OMS sigue declarando a la COVID-19 como una enfermedad de salud pública de importancia internacional, por lo que no se puede decir que su final ha llegado. De hecho la OMS sigue estudiando qué debe ocurrir para que la COVID-19 ya no sea considerada una enfermedad pandémica.
"El fin de la pandemia no le corresponde al país, pero sí el fin de la emergencia".
Lo que sí este organismo de salud aclaró, es que, si un país tiene baja transmisión comunitaria, una alta capacidad de responder, alta cobertura de vacunación, número de fallecidos muy bajo y un número de casos activos muy bajos (siempre que se continúen las detecciones a tiempo), entonces ese país, como es el caso de República Dominicana, puede declarar el fin de la emergencia sanitaria, mas no de la pandemia.
Esto no es más que dar luz verde para eliminar algunas restricciones sin descuidar la realidad de que el virus se mantiene presente.
Bajo esta realidad, ¿tiene sentido el boletín diario de Salud Pública?
Para Senén Caba la difusión de los boletines de salud que contienen estadísticas diarias de la enfermedad sigue teniendo sentido.
Explicó que mientras existan ciudades en el país que reporten brotes o casos de la COVID-19 estos boletines tienen necesidad de ser, “pues esto mantiene el nivel de alerta”.
Hay quienes opinan que el Ministerio de Salud pudiera ahorrar esfuerzos al compilar las estadísticas de COVID en un solo boletín epidemiológico semanal, en lugar de hacerlo todos los días. Al igual que destinar los fondos que se utilizaban en combatir el virus a otras enfermedades.