La escuela está concebida como una entidad en donde el ser humano adquiere una formación y preparación integral, que pueda aportar a la sociedad, aparte de su educación, un ser íntegro, con valores y con un comportamiento modelado. Sin embargo, es notorio que en los últimos años ha aumentado la incidencia de bullying o acoso escolar. No hay distinción de escuelas públicas o privadas para que sucedan actos de esta naturaleza, ni países con menos o mejores condiciones económicas, por igual afecta al mundo entero.
La Asociación Canaria No Al Acoso Escolar (ACANAE, 2014) define el bullying como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal y/o físico, que se caracteriza por ser una conducta intencional, repetida y mantenida en el tiempo, que pretende conseguir la intimidación de la víctima y que es diferente de un conflicto puntual porque existe diferencia de poder entre las partes, el conflicto ha sido buscado adrede, existe la intención de hacer daño y el objetivo es siempre la misma persona.
Unicef (2019) en su publicación Bullying en el ambiente escolar: qué es y cómo afrontarlo, refiere que el acoso escolar tiene un impacto significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños, niñas y adolescentes involucrados, ya sea como agresores, víctimas u observadores. Este tipo de violencia es relevante porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y confianza, lo que puede conllevar a que padezcan de frecuentes estados de ansiedad, depresión, autoagresión e incluso suicidio.
Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, realizado entre enero 2021 y febrero 2022, los casos de bullying en todo el mundo continúan en aumento, donde 6 de cada 10 niños sufren todos los días algún tipo de acoso y ciberacoso, es una realidad que está matando cada año a 200 mil niños y adolescentes en todo el mundo. Esta persecución no para en vacaciones, navidad, ni siquiera el día del cumpleaños. Esto está dañando seriamente su salud mental y emocional, y se manifiesta en la Unión Europea, América Latina, Estados Unidos, Asia, África y en toda Oceanía. Los casos en todo el mundo han aumentado con relación a las últimas mediciones que estaban disponibles en el año 1990.
En una situación de bullying confluyen varios implicados, como son acosador, víctima y espectador. María de los Ángeles Barja (2021), de la página web Depsicología.com desglosa cada uno de estos perfiles en su estudio Bullying o Acoso Escolar: Estadísticas, Detección y Prevención. El acosador es una persona físicamente fuerte y dominante, con una necesidad importante de sentirse superior a los demás, tiene una alta autoestima y poca capacidad de autocrítica. Con fuerte temperamento, lo que supone que puede enfadarse con facilidad y no sabe controlar bien sus impulsos, no tiene herramientas para manejarse con sus emociones, con baja tolerancia a la frustración, que muestra poca empatía hacia sus víctimas y suelen ser descritos por los demás como duros o incluso malvados.
Aunque República Dominicana no se encuentra en esta lista de países con más bullying, sí ha sido notorio el aumento de esta práctica.
Por otra parte, el acosado o víctima, se puede clasificar como pasiva o provocador, en el caso del pasivo, suele ser una persona físicamente débil, con poca facilidad para las actividades físicas y tiende a ser solitario. Siente vergüenza y culpa por lo que le ocurre en el colegio, aislado, con muy pocos amigos ya que no es popular en el grupo, suele pasar desapercibido, se le considera tímido y temeroso, nervioso y preocupado por ser herido, callado y sumiso, suele sacar unas notas bajas.
En cuanto al acosado provocador, de los Ángeles Barja, lo define como una persona de temperamento fuerte que, ante las agresiones y vejaciones, puede responder de manera violenta. Por tanto, suele actuar primero y después pensar en las posibles consecuencias de sus actos. Una de las características más llamativas es la impopularidad de estos niños, quienes pueden sentir el rechazo no sólo de los compañeros que le aíslan sino también de los profesores y resto de adultos. Toda esta situación le provoca una gran alteración emocional que le impide poder estar tranquilo, por lo que también suelen cursar problemas de concentración y de atención en clase. Otro dato importante es que podrían repetir el acoso sufrido con estudiantes que consideren más débiles.
Según ACANAE (2014), los espectadores engloban a los compañeros que son conscientes de que hay una situación de acoso entre sus compañeros, pero no actúan para detenerla. Se pueden agrupar en tres tipos: reforzador de la agresión, ayudante del agresor y defensor de la víctima. El espectador es el perfil más poderoso de los tres, pues puede hacer que el acoso continúe o acabe, si denuncia el maltrato. Sin embargo, muchos de ellos no son conscientes de que lo que está ocurriendo es algo que está fuera de lo “normal” o deciden posicionarse con el agresor o mantenerse al margen para evitar ser víctima o por miedo a que se les tache de chivatos. El método KIVA es un programa finlandés contra el acoso escolar que prueba que, actuando sobre los espectadores, es posible reducir el acoso escolar en más de un 80% de los casos.
El acoso escolar es un fenómeno que se está dando a nivel mundial, ONG Internacional Bullying Sin Fronteras (2022) asegura que el podio mundial lo lidera México, donde siete de cada diez jóvenes sufren todos los días algún tipo de acoso. Estados Unidos ocupa el segundo puesto con seis de cada diez niños y adolescentes, y muy cerca se encuentra China con casi los mismos números. En este ranking le siguen Brasil, Japón, India, España, Alemania, Reino Unido y Colombia, entre los diez primeros lugares.
La UNESCO (2018) asegura que el acoso (bullying) afecta a jóvenes de todas partes, en todas las regiones y en países con diferentes niveles de ingreso. Refiere que las estadísticas en el mundo entero, arrojan que los niños corren un riesgo ligeramente superior de sufrir acoso que las niñas. Los datos indican que más de 32% de los niños ha sufrido acoso escolar, cifra que en las niñas alcanza un 28%.
Asegura, además, que la condición socioeconómica y migratoria también desempeña una función en el acoso. Las condiciones económicas, basadas en los ingresos, el tipo de empleo y el nivel educativo de los padres, es el factor de previsión más fiable acerca del acoso: entre las familias más pobres, dos de cada cinco jóvenes sufren sus consecuencias. Esta cifra se reduce a uno de cada cuatro en las familias más acomodadas. También los niños migrantes tienden a ser más vulnerables al acoso que los nativos.
Aunque República Dominicana no se encuentra en esta lista de países con más bullying, sí ha sido notorio el aumento de esta práctica. De acuerdo con la licenciada Katherine Matos (2022), quien es abogada en Derecho de Familia, refiere en su publicación “El bullying en República Dominicana” en el periódico digital Nuevo Diario, que el acoso escolar no se encuentra tipificado en nuestra legislación bajo el nombre de bullying, sino que la ley 136-03 Código para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes sanciona todo tipo de abuso físico, psicológico o verbal contra cualquier Niño, Niña o Adolescente.
Matos continúa diciendo que el bullying es realizado generalmente por niños hacia otros de la misma edad en el ambiente escolar por lo que en estos casos el abordaje, más que de sanciones, es de terapia psicológica y disciplina tanto escolar como en el hogar, ya que esta ley sólo contempla como imputables o sujetos de ser sometidos a la acción de la justicia a los adolescentes a partir de los 13 años de edad, ahora bien los padres son siempre responsables civilmente de los daños que pueda ocasionar la conducta de sus hijos a otros.
Las consecuencias del bullying afectan a todos los implicados, sin importar si son los acosadores, víctimas o espectadores, ya que aparecen sentimientos negativos, baja autoestima, aislamiento social, bajo rendimiento escolar, autoflagelo, problemas de alimentación, depresión, ansiedad, bajo nivel de empatía, abuso de sustancias, conductas antisociales, sentimientos de culpabilidad y hasta llegan al suicidio.
Los maestros, padres y alumnos tienen que entender que el bullying no es un juego, que no es normal que suceda en la escuela, que quien se queja no muestra debilidad, y que quien vive esta experiencia queda marcado para toda la vida. Las autoridades y organizaciones en pro de la salud mental y emocional deben darle un giro al abordaje de esta problemática tomando como parámetro que un niño pasa una gran parte de su tiempo en la escuela, por lo que debe reinar un clima de seguridad para ellos.
Los factores internos y externos que suscitan el acoso dentro de las escuelas pueden ser manejados por las familias, junto a los directivos escolares, implementando estrategias de convivencia que conlleven a una cultura de paz, tales como mayor vinculación de los padres con los centros educativos, conducir a los estudiantes en el manejo de conflictos, promover la tolerancia, el buen trato y aceptar la diversidad, crear y aplicar reglas de disciplina, motivar a la víctima a denunciar a su acosador, brindar servicio efectivo de orientación y psicología.
Otras acciones que se pueden llevar a cabo son: actuar ante el más mínimo acto de acoso, enseñar sobre el manejo de las emociones, poner límites a los estudiantes, sensibilización de los niños ante situaciones de debilidad o diferencias de sus compañeros, los padres deben estar atentos ante cualquier cambio de conducta de sus hijos y ofrecer un clima de confianza y protección manteniendo un buen canal de comunicación.
BIBLIOGRAFÍA
ACANAE. (2014). Bullying: cuándo ocurre y por qué. Recuperado en 04 de octubre de 22, de Bullying, cuándo ocurre y por qué – ACANAE
María, de los Á. B. (2021). Depsicologia.com. Bullying o Acoso Escolar: Estadísticas, detección y Prevención. Recuperado en 04 de octubre de 2022, de https://depsicologia.com/bullying-o-acoso-escolar
Matos, K. (2022). El “Bullying” en República Dominicana. Recuperado en 05 de octubre de 2022, de https://www.matosmateo.com/index.php/articulos/27-derecho-de-familia/66-el-bullying-en-la-republica-dominicana
ONG Bullying Sin Fronteras. (2022). Estadísticas Mundiales de Bullying 2020 – 2021. Recuperado en 17 de octubre de 22, de Estadísticas Mundiales de Bullying 2020/2021. Worldwide Bullying Stats. Statistiques Mondiales sur le Harcèlement Scolaire. (bullyingsinfronteras.blogspot.com)
Unicef. (2019). Bullying en el ambiente escolar: qué es y cómo afrontarlo. Recuperado en 12 de octubre de 2022, de Bullying en el ambiente escolar | UNICEF