Se trata de la sexta ola del virus COVID-19 en el condado de Miami-Dade desde que comenzó la pandemia. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) la tasa de positividad semanal aumentó al 22% frente a la primera semana de abril.
En términos de transmisibilidad del virus la cifra resulta alarmante, pues se acerca a las tasas del apogeo y aumento de ómicron en enero, cuando la positividad llego a un 35 %. Esta vez la diferencia es que la hospitalización no ha escalado al nivel de la ola de enero, que comenzó en diciembre.
Las variantes ómicron BA.4 y BA.5
El aumento de los casos de COVID-19 se debe a las variantes de ómicron BA.4 y BA.5. Estas cepas fueron identificadas por primera vez en Sudáfrica en enero y febrero.
La BA.4 y BA.5 comenzaron a ser identificadas como tales en el informe semanal de variantes de COVID-19 del CDC en la primera semana de mayo. De acuerdo al CDC, en esa semana las dos variantes representaron solo alrededor del 1% de los nuevos casos de COVID-19 combinado de los casos en Estados Unidos.
El alto nivel de infección de estas dos variantes queda plasmado en cifras al observar que en la semana que finalizó el 4 de junio, ya la infectividad representaba un 13%. Es decir, que en hace un mes y medio subió 12 puntos.
El lunes, la tasa de casos positivos de COVID-19 promedio de siete días del condado de Miami-Dade aumentó al 22%, frente a la tasa del 5% del 8 de abril, según el Panel diario de COVID-19 del condado.
Los expertos en salud dicen que estas dos cepas que circulan de ómicron son altamente infecciosas y pueden causar enfermedades graves. Sin embargo, la gravedad de los efectos en la salud de la población ha disminuido debido a la alta tasa de vacunación.