Bajo una lluvia intensa transcurre la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París-2024, con el río Sena como escenario inédito de este evento deportivo planetario. Lady Gaga y Aya Nakamura, entre las estrellas internacionales que cantaron mientras los barcos transportaban a las eufóricas delegaciones de todos los países. La exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner encendieron el pebetero como broche de la ceremonia que cerró Celine Dion cantando desde la Torre Eiffel.

El acto comenzó la retransmisión de una película protagonizada por el cómico local Jamel Debbouze y el exfutbolista Zinédine Zidane en el Estadio de Francia, y diez minutos más tarde la embarcación con la delegación griega dio inicio al tradicional desfile de los deportistas.

Poco después se abrió un muro de agua bajo el puente de Austerlitz, liberando el paso a esta embarcación, la primera de las 85 que deben transportar a los cerca de 6.500 participantes en el desfile hasta Trocadero.

Lady Gaga, la primera en cantar

Al mismo tiempo comenzó el espectáculo musical, con la actuación de la reina del pop estadounidense Lady Gaga, que interpretó "Mon truc en plumes" de Zizi Jeanmaire, canción emblemática del music-hall francés, una de las grandes estrellas internacionales que está previsto que participen en la ceremonia.

"Aunque no soy una artista francesa, siempre he sentido una conexión muy especial con los franceses y cantando en francés", dijo Lady Gaga en la red X.

Notre Dame, protagonista

La catedral Notre Dame de París, gravemente dañada por un incendio en 2019, fue homenajeada este viernes en una de las secuencias coreográficas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.

Artistas con uniformes de obra bailaron en los andamios de la catedral, que se espera reabra el 8 de diciembre después de años de obras.

En los muelles del Sena, justo debajo, y en los tejados, cientos de bailarines de ballet y los bomberos de París se desplegaron en una coreografía.

En la flecha reconstruida, la sorpresa fue una silueta jorobada, similar a Quasimodo, el personaje principal de la obra Nuestra Señora de París de Victor Hugo.

Nakamura, popular y polémica

Otra de las figuras musicales fue Aya Nakamura, la francófona más escuchada en el mundo, que cantó tras meses en los que los rumores de su actuación escandalizaron a grupos de extrema derecha en Francia.

De origen maliense, Nakamura lució de rubia para la ocasión y se enfundó en un traje dorado para cantar junto a la Guardia Republicana.

Drag queens

Dos hombres juntando sus labios, 'drag queens' recreando una Última Cena, una modelo transgénero: la ceremonia incluyó también referencias a la comunidad LGBTQ+, lo que molestó a una parte de la extrema derecha francesa.

El momento más llamativa fue un cuadro artístico titulado "Festividad" y que comenzó con la imagen de un grupo sentado a una mesa, en el que estaban varias célebres 'drag queens' (Nicky Doll, Paloma o Piche, esa última reconocible por su barba rubia). La puesta en escena hacía pensar en la última cena de Jesucristo con sus apóstoles.

El pebetero, encendido por dos deportistas franceses

La exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner fueron los últimos relevistas de la llama olímpica y los encargados de encender el pebetero como broche de la ceremonia.

Ambos deportistas, de los más populares en Francia, tomaron el fuego olímpico en el Jardín de las Tullerías y corrieron al pebetero, situado en la base de un globo aeroestático, que estará encendido hasta el cierre de los Juegos, el 11 de agosto.

Celine Dion, el broche de oro

La cantante Céline Dion, ausente de los escenarios desde 2020 por enfermedad, interpretó el célebre "El himno al amor" de Edith Piaf desde el primer piso de la Torre Eiffel momentos después de que se encendiera el pebetero olímpico.

La canadiense, de 56 años, ya había actuado en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atlanta-1996. Pocos la imaginaban en París al ver el impactante pasaje del reciente documental "Je suis: Céline Dion", donde aparece sacudida por espasmos, vencida por el dolor, en medio de una crisis, debido a que sufre de Síndrome de la Persona Rígida (SPR).

 París, una fortaleza

La ceremonia fue diseñada por el director de teatro francés Thomas Jolly, conocido por el exitoso musical de ópera-rock Starmania, y hasta cierto punto puede ser vista como una idea transgresora.

Es la primera de unos Juegos Olímpicos en realizarse fuera de un estadio, obligando a ejecutar un operativo de seguridad sin precedentes que ha tornado el centro de París en una auténtica fortaleza.

Unos 45.000 policías y guardias de seguridad privada contratados para la ocasión serán desplegados el viernes, e incluso en puntos estratégicos de la capital habrá francotiradores para garantizar la seguridad durante el desfile.

Las delegaciones de Israel y de los deportistas palestinos tendrán cuidados adicionales, en medio de temores de que la ofensiva israelí en Gaza sea un motivo potencial para los posibles atacantes.

Mandatarios de todo el mundo

Israel estuvo representado por su presidente, Isaac Herzog, mientras que Jibril Rajoub, jefe del Comité Olímpico Palestino, fue el rostro de la Autoridad Palestina. La ausencia más notoria fue la de Vladimir Putin, a raíz de la exclusión de Rusia por la invasión de Ucrania. Su par ucraniano, Volodimir Zelenski, no figuró tampoco en la lista de invitados.

La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, asistió al evento sin el presidente Joe Biden, que recién desistió de la carrera a la reelección frente a Donald Trump, sobreviviente de un reciente intento de asesinato.

China envió al vicepresidente Han Zheng y España al rey Felipe; mientras que Javier Milei (Argentina), Gustavo Petro (Colombia) y Santiago Peña (Paraguay) fueron la cuota de dignatarios latinoamericanos.