Una delegación de Hamás debe viajar este sábado a El Cairo para "continuar las conversaciones" y "alcanzar un acuerdo" de tregua en la Franja de Gaza con Israel, que amenaza con una operación terrestre contra la ciudad de Rafah.
 

"La delegación de Hamás viajará a El Cairo mañana, sábado, para continuar las conversaciones", afirmó el viernes por la noche el movimiento islamista en un comunicado, donde destaca "el espíritu positivo" de sus dirigentes de cara a la negociación. Desde hace casi una semana, los mediadores de estas negociaciones indirectas (Catar, Egipto y Estados Unidos) esperan la respuesta de Hamás a la última propuesta de tregua sometida a finales de abril.

   Esta oferta incluye un cese de los combates por 40 días y un canje de rehenes israelíes retenidos en Gaza desde el 7 de octubre por palestinos presos en Israel. Pero el grupo islamista, que gobierna la Franja desde 2007, está todavía "determinado" a obtener "un cese total de la agresión", "la retirada" de las fuerzas israelíes del enclave y "un acuerdo serio para el intercambio" de rehenes por presos.

   "La realidad en este momento es que lo único que se interpone entre el pueblo de Gaza y un alto el fuego es Hamás", dijo el viernes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien días atrás calificó de "extraordinariamente generosa" la última oferta de Israel. Un alto responsable de Hamás confirmó a la AFP que la delegación llegará por la mañana a El Cairo y estará liderada por Khalil al Hayya, el número dos de la rama política del movimiento en la Franja.

   El pasado lunes, los negociadores del movimiento, considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, marcharon de El Cairo a Catar para estudiar la propuesta, prometiendo volver para transmitir su respuesta.

   – Amenaza de ataque contra Rafah –

      Israel se opone al alto el fuego definitivo que reclama Hamás e insiste en lanzar una ofensiva terrestre contra la ciudad de Rafah, en la punta sur de la Franja, al considerarla como el último bastión del movimiento islamista. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que dicha ofensiva podría desembocar en "un baño de sangre" en esta ciudad, donde se hacinan alrededor de millón y medio de palestinos, en su mayoría desplazados por los combates en el resto de Gaza.

   "Haremos lo que sea necesario para ganar y vencer a nuestro enemigo, también en Rafah", reiteró esta semana el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Hosam Badran, un alto cargo político de Hamás, aseguró que estas declaraciones de Netanyahu buscan "frustrar los esfuerzos" para un acuerdo de paz.

   En la madrugada del sábado, fuentes hospitalarias en Gaza informaron de bombardeos israelíes en Rafah, pero también en la ciudad vecina de Jan Yunis, arrasada por una incursión terrestre israelí y los consiguientes combates con Hamás. Principal aliado de Israel, Estados Unidos se opone a una entrada a esta ciudad, especialmente si el Estado hebreo no presenta una estrategia para proteger a los civiles.

   "Sin un plan así, no podemos apoyar una operación militar importante en Rafah porque el daño que causaría sería más allá de lo aceptable", dijo Blinken el viernes por la noche.

      – "Baño de sangre" –

      Según el diario The Wall Street Journal, que cita a fuentes egipcias, Israel dará todavía una semana de margen a las negociaciones antes de lanzar la ofensiva que prepara desde hace semanas contra Rafah.

   La OMS anunció un plan de contingencia para hacer frente al posible "baño de sangre" que causaría esta incursión. Pero no es más que "un parche", porque "el quebrado sistema sanitario (de Gaza) no podrá lidiar con el aumento de heridos y muertos que causaría una incursión en Rafah", dijo su responsable para los Territorios Palestinos, Rik Peeperkorn.

   Una operación en Rafah también puede comprometer la ayuda humanitaria que entra en la Franja, en su mayoría por esta ciudad en la frontera con Egipto, pero insuficiente para las necesidades de los 2,4 millones de gazatíes. Ante estas dificultades de acceso, algunos países han lanzado ayuda en paracaídas al enclave palestino y Estados Unidos construye un puerto artificial frente a su litoral para llevar suministros por vía marítima.

   La guerra estalló el 7 de octubre tras la incursión de comandos de Hamás que mataron a 1.170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos israelíes. Las autoridades israelíes estiman que, tras un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua en noviembre, 129 personas permanecieron retenidas en Gaza, aunque 35 de ellas sospechan que están muertas.

   La ofensiva lanzada por Israel en respuesta al ataque ha dejado hasta el momento 34.622 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.