El nacionalista Calin Georgescu y la liberal Elena Lasconi se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas, el domingo 8 de diciembre. El riesgo de una victoria del candidato ultraderechista hace temer por el futuro del país, miembro de la Unión Europea y de la OTAN. Calin Georgescu, que no oculta su admiración por Vladimir Putin, es también un ferviente crítico de la Alianza Atlántica. Esta última cuenta cada vez más con Rumania para apoyar a Ucrania en su guerra contra Rusia.

Con Aabla Jounaidi, enviada especial de RFI a Constanza

La guerra en Ucrania no está lejos de esta gran ciudad portuaria del sudeste de Rumania, a orillas del Mar Negro. Entonces, ¿elegir a un presidente prorruso no es demasiado arriesgado?. “Si te fijas bien, verás que sólo dos canales lo consideran prorruso. Yo tampoco soy prorruso. Lo que sí veo es que mientras los niños rumanos reciben 200 lei al mes en prestaciones, los ucranianos reciben 3.000. Y se han comprado misiles por valor de miles de millones de euros para Ucrania”, argumenta un rumano que conocimos frente a las decoraciones navideñas.    

La inflación en la mente de todos

Cansarse de pagar por la ayuda a Ucrania es un argumento común: “No es mi guerra”, es lo que me dice Marin, un veterano de Irak que ahora gestiona la seguridad en la Universidad de Constanza. Hay que decir que la inflación, de la que Rumania ostenta el récord europeo, está golpeando duramente a la población. Al mismo tiempo, la región se ha convertido en un centro neurálgico para la OTAN frente a Rusia y la seguridad de su llamado flanco oriental. Constanza albergará la mayor base de la alianza en Europa de aquí a 2030.

Constanza, a unas decenas de kilómetros de Ucrania

Raluka nació cuando su país entró en la OTAN hace 20 años. Va a votar por primera vez, y será contra Calin Georgescu. Es una cuestión existencial. “Dijo que estaba en contra de la OTAN. Está a favor de Rusia. Si empieza la guerra, aquí en Constanza seremos la primera ciudad invadida por mar”.

Por lo pronto, no hay nada decidido aún en estas elecciones, que están llenas de sorpresas. Aunque salga elegido el candidato de extrema derecha, no será el único que mande. Hay un nuevo Parlamento cuyas alianzas aún se están perfilando.