En Ucrania, Vuhledar ha sido capturada por los rusos, según han admitido los ucranianos. La ciudad, que tenía unos 15.000 habitantes antes de la guerra y está situada entre Donetsk y Mariúpol, podría resultar bastante estratégica en la estrategia de Moscú, ya que le permitiría agrupar los frentes sur y este.

Soldados rusos ondean banderas desde lo alto de edificios totalmente destruidos. Aunque durante varias horas el ejército ucraniano se negó a admitir que se retiraba de Vuhledar, ahora ha confirmado oficialmente que sus tropas deben abandonar la ciudad tras dos años y medio de sangrientos combates para preservar a sus soldados y equipos, escribe nuestra corresponsal en Ucrania, Cerise Sudry-Le Du.

En la encrucijada

La ciudad, que tenía unos 15.000 habitantes antes de la guerra, se encuentra en la encrucijada de los frentes oriental y meridional, cerca de la línea del frente, pero ha resistido varios asaltos desde el comienzo de la guerra.

Además, está situada sobre una pequeña colina en este paisaje de vastas llanuras, y sus edificios son ideales para los operadores de drones o francotiradores porque la vista es muy despejada. Su caída abre el camino hacia Kurajovo, una ciudad un poco más al norte, lo que permitiría al ejército ruso avanzar más rápidamente.

La conquista de esta ciudad pone fin a la estabilidad de la que gozaba este sector del frente desde hace dos años, indica la agencia AFP. También plantea la cuestión de la solidez de las defensas ucranianas en esta zona, situada en la confluencia del frente oriental (las regiones de Lugansk y Donetsk) y el frente meridional (las regiones de Zaporiyia y Jersón).

Batallas sangrientas

Rusia ha intentado tomar Vuhledar desde las primeras semanas de su invasión, que comenzó el 24 de febrero de 2022. Los combates allí fueron especialmente encarnizados para las fuerzas rusas a principios de 2023, ya que muchos de los hombres que lanzaron asaltos de infantería y tanques fueron diezmados por los ucranianos. La ciudad, en gran parte destruida, fue bombardeada sin descanso por el ejército ruso. Un pequeño número de civiles se negó a marcharse, pero ni Kiev ni Moscú pueden precisar cuántos.