En el norte de la capital francesa existe un lugar llamado "Parque de las Naciones", donde se codean las "casas olímpicas" de varias naciones. Son lugares de encuentro entre deportistas y aficionados, pero también lugares de cultura donde los turistas descubren las tradiciones de cada país. RFI estuvo en las casas de Colombia, México y Brasil.

En Latinoamérica, estos países están separados por kilómetros, pero en el Parque de las Naciones, que se encuentra en el Parque de la Villette al norte de París, son fronterizos. De las 206 delegaciones participantes, 40 tienen una “casa” avalada por el Comité Olímpicos Internacional. Entre éstas, Colombia, México y Brasil.

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“Nos muestran nuestras raíces”

“Casa Colombia es, en resumen, una embajada de marca Colombia, cultural, social, en el marco del deporte. Y es la oportunidad de demostrar los beneficios de Colombia ante el mundo”, explica a RFI Pedro Ignacio Galvis Cristancho, coordinador de Mercadeo del Comité Olímpico Colombiano.

“Yo vivo en Londres, entonces vine a conocer, como soy colombiana. Me gusta, porque nos muestran nuestras raíces, o sea, la comida, artesanías y cosas de Colombia”, comenta Constanza Restrepo, una visitante colombiana.

“Todos están encantados”

“Somos mexicanos, vivimos en Estados Unidos por mucho tiempo y ahora vivimos en Madrid, España. Pues vamos a coger para donde están las bebidas porque tenemos un poquito de sed. En la mesa de Día de los Muertos, se ve espectacular”, señala para RFI Carlos Tovar en la Casa México.

La Casa Brasil acoge a mucha gente todos los días. De hecho, hay que reservar entradas para no quedarse afuera. Mauricio Oliveira, el jefe de proyecto en la Casa Brasil, estima que “la fila es obvia porque somos de Brasil. Todos están encantados con nuestra cultura, nuestra gastronomía, los atletas. Tenemos una cancha de vóleibol de playa, una pista de skate”.

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Estas casas olímpicas son una vitrina para los países y un rincón para turistas y expatriados. Según Lukas Aubin, especialista en geopolítica del deporte, son “herramientas de poder blando” que permiten a los países autopromocionarse.