’Tenemos escasez de hombres. No sé qué deberíamos hacer para motivar a la gente a alistarse en el ejército', dice un joven soldado ucraniano a la enviada especial de RFI en la región de Donetsk, Anastasia Becchio.Los combates contra las fuerzas de ocupación rusas continúan en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Los ataques rusos se concentran en el este del país, en el frente de Járkov, pero también en el Donbás.

Desde las alturas de Kostiantinivka, en Donetsk, volutas de humo se elevan hacia el horizonte. Resuenan detonaciones apagadas. La batalla por la toma de Chasiv Yar, a 10 km en línea recta, es encarnizada. La unidad de asalto de Vadim, apodado "Barón", que participó en la invasión rusa desde el principio, opera unos kilómetros más al sur, en Klishchiivka.

"En nuestro sector, la situación es estable", dice el joven de Volinia. "No avanzamos y los rusos tampoco ganan terreno, pero tienen más drones que nosotros. Cuando tengamos algunos cazas, creo que podremos lanzar ofensivas para recuperar nuestro territorio".

Ocupada por las fuerzas rusas desde hace varios meses, Klishchiivka, que forma parte de la comunidad urbana de Bajmut, fue liberada el pasado mes de septiembre, en particular por los hombres de la 80ª brigada de asalto. Desde entonces, el frente parece haberse paralizado por falta de recursos, según Mykola, de 38 años, cuyo apodo es "el Pescador". Antiguo obrero de la construcción, Mykola lamenta la dilación de Occidente en el envío de ayuda militar.

"Si la ayuda hubiera llegado más rápidamente, podríamos haber sido más eficaces", explica. "Pero tuvimos que esperar y esperar. Tomemos, por ejemplo, Klishchiivka, que pudimos retomar el verano pasado. Si hubiéramos tenido más recursos, más armas, podríamos haber avanzado más". Estos retrasos en las entregas han repercutido en el curso de la guerra. Hemos tenido que bajar el ritmo", asegura.

’Haremos retroceder al enemigo'

Mykola se enorgullece de mostrar el vehículo blindado de transporte de tropas estadounidense Stryker, que hace unos meses sustituyó en la brigada al BTR-80 de diseño soviético.

Cuando no está en primera línea tratando de contener la embestida de las unidades rusas, Oleh se mantiene al tanto de los últimos acontecimientos en la escena internacional. "Hace poco vi la noticia de que el presidente de un país enemigo dijo que estaba dispuesto a detener la guerra, pero que quería apoderarse de nuestros territorios", dice el joven, que acaba de cumplir 29 años, en referencia al discurso de Putin.

"Creo que es una idea muy mala. Debemos seguir manteniéndonos firmes y no aceptarlo. Creo que acabaremos haciéndoles retroceder y ellos acabarán aceptando nuestras condiciones", confía.

Por el momento, los ucranianos se encuentran en posición defensiva. Aunque los soldados de la 80ª brigada de asalto, con los que nos reunimos en un campo de entrenamiento, no se quejaban de la escasez de armas, sí señalaban la escasez de hombres. El reclutamiento es difícil, para consternación de Vitaliy, de 24 años, de la región de Sumy, que se presentó voluntario en los primeros días de la invasión rusa.

"El enemigo nos supera en número, son muchos más, se nota. No sé qué deberíamos hacer para motivar a la gente a alistarse en el ejército. Todo el mundo tiene miedo, pero cuando el enemigo llame a la puerta, no habrá tiempo para huir. Por eso tenemos que actuar ahora, porque si no quieres alimentar a tu ejército, acabarás alimentando al de otro".

A lo largo de la carretera principal, donde se pasa junto a vehículos militares y ambulancias, hay vallas publicitarias que animan a los jóvenes ucranianos a alistarse en el ejército.