Una serie de atentados contra las ciudades de Chabahar y Rask, en el sureste de Irán, han causado la muerte de ocho "terroristas" y cinco miembros de las fuerzas de seguridad. La región, fronteriza con Pakistán, es escenario habitual de atentados del grupo extremista suní Jaish al-Adl.

Con nuestro corresponsal en Teherán, Siavosh Ghazi

Según funcionarios iraníes, más de 20 hombres armados participaron en esta serie de atentados, que tuvieron como objetivo dos bases de la Guardia Revolucionaria y de la Marina, así como una comisaría de policía.

Teherán ha acusado al grupo separatista sunita Jaish al-Adl (Ejército de la Justicia en árabe) de llevar a cabo esta serie de atentados, después de que el grupo atacara una comisaría de policía en la misma región el pasado mes de diciembre, matando a una docena de policías. Irán atacó con misiles y drones dos bases del grupo Jaish al-Adl en territorio paquistaní, lo que provocó una respuesta de Islamabad en Irán y elevó las tensiones entre ambos países.

¿Intento de desestabilización?

El ataque del miércoles 3 de abril por la noche fue la mayor operación llevada a cabo por Jaish al-Adl en esta provincia en los últimos tiempos.

El grupo lleva a cabo regularmente atentados contra las fuerzas del orden en las ciudades fronterizas con Pakistán; Sistán-Baluchistán cuenta con una importante comunidad sunita.

Irán acusa a Pakistán de no actuar con suficiente contundencia contra el grupo Jaish al-Adl, refugiado en el país. Según Teherán, este grupo cuenta con el apoyo de los servicios de inteligencia