Este lunes, los diputados franceses debían votar el proyecto de ley de Finanzas 2025, pero el Gobierno francés decidió hacerlo pasar por decreto para evitar su rechazo, a falta de mayoría en la Cámara. Todos los escenarios están sobre la mesa, incluso una moción de censura.

Las calculadoras de Matignon (sede del primer ministro) trabajarán duro esta semana, ya que es probable que cada voto cuente. Es cierto que la última moción de censura fue ampliamente rechazada, pero el gobierno no cayó principalmente porque la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN) no la apoyó y los socialistas se desmarcaron de ella.

Esta vez, sin embargo, la RN podría cambiar de opinión. El influyente diputado Jean-Philippe Tanguy se declaró el domingo personalmente partidario de la censura, dejando la decisión final en manos de la líder de la RN, Marine Le Pen, y del presidente del partido, Jordan Bardella.

Por parte del Partido Socialista, ocho diputados ya habían optado por censurar al Gobierno a mediados de enero, en contra de las instrucciones del grupo. Si una quincena más cambia de opinión y el RN da el visto bueno, el primer ministro, François Bayrou, corre peligro.

El Partido Socialista volverá a estar en el centro de todas las miradas, mientras que la izquierda de la Francia Insumisa y los Ecologistas han insistido estos últimos días en que el presupuesto, tal como está, es inaceptable. Aunque el ex primer ministro socialista, Lionel Jospin, se declaró contrario a la censura el sábado, todas las opciones siguen sobre la mesa para el líder de los diputados del Partido Socialista, Boris Vallaud.

¿Bastarán las concesiones hechas por el Gobierno de Bayrou para salvar su cabeza? “El camino es exiguo”, repitió el jefe del Gobierno durante el fin de semana. Al tiempo que expresaba su confianza en los acuerdos presupuestarios alcanzados.

Falta de garantía de votos, Bayrou recurre al 49.3

Este sábado pasado, François Bayrou, anunció al semanario La Tribune Dimanche su decisión de recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para hacer aprobar los presupuestos del Estado y de la Seguridad Social en la Asamblea Nacional, sin voto.

Es una opción que le expone de nuevo al riesgo de censura, menos de dos meses después de su llegada a Matignon.

El texto fue elaborado por el Gobierno de coalición, con concesiones al Partido Socialista para evitar la censura, pero no hay nada menos seguro. Todas las miradas están puestas pues en los socialistas, con quienes el Gobierno negocia desde hace varias semanas. (con AFP)