Rusia reconoció por primera vez este 24 de mayo que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) es responsable del atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú, que dejó al menos 144 muertos el 22 de marzo, y que las autoridades vincularon a Ucrania.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) revindicó en repetidas ocasiones su responsabilidad en el mortífero atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de la capital rusa, pero Moscú había intentado vincularlo a Ucrania y a Occidente.

"Se les preparó una 'ventana'"

Finalmente, "en el curso de la investigación (…), se determinó que la preparación, la financiación, el ataque y la retirada de los terroristas fueron coordinados por internet por miembros del grupo Provincia de Jorasán", la rama afgana del EI, declaró este viernes el director de los servicios de seguridad rusos (FSB), Alexander Bortnikov, citado por la agencia RIA Novosti.

Rusia intentó reiteradamente vincular el ataque a Ucrania y a Occidente, y Bortnikov no descartó esta posibilidad en su comunicado, en el que asegura que "al completar el ataque, los terroristas recibieron claras instrucciones de dirigirse a la frontera ucraniana, desde donde el otro lado se les preparó una 'ventana'". Ucrania ha negado reiteradamente cualquier vínculo con el ataque.

El 22 de marzo, hombres armados vestidos con ropa de camuflaje abrieron fuego en la sala de conciertos Crocus City Hall, en la periferia de la capital rusa, y después incendiaron el edificio. Al menos 144 personas murieron y 360 resultaron heridas, en lo que es el peor ataque cometido en Rusia desde 2004.

Más de 20 sospechosos fueron detenidos, incluido los cuatro atacantes, procedentes todos de Tayikistán, una exrepública soviética de Asia Central vecina de Afganistán. A finales de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció que el atentado fue cometido por "islamistas radicales", pero siguió insinuando que Kiev lo había ordenado.

En el frente

Por otra parte, el comandante en jefe del ejército ucraniano afirmó este viernes que se están produciendo batallas "intensas" en tres puntos clave del frente oriental contra las tropas rusas, y añadió que estas se encuentran "empantanadas" en combates callejeros en la localidad de Vovchansk, en el noreste.

El 10 de mayo, Moscú lanzó una nueva ofensiva terrestre en la región de Járkov, en el noreste de Ucrania, lo que le permitió tomar varios pueblos y obligó a Kiev a enviar refuerzos a la zona. Según Kiev, Rusia, con esta ofensiva sorpresa en la región de Járkov, quiere estirar hasta la ruptura las líneas defensivas ucranianas, debilitadas por más de dos años de invasión, la falta de nuevos reclutas y una escasez de armamento.

No obstante, en la localidad de Vovchansk, "el enemigo está completamente empantanado en combates callejeros y ha sufrido pérdidas muy importantes", escribió en la red Telegram el general Oleksandr Sirski. El militar aseveró que debido a esto Rusia ha tenido que enviar "reservas" para mantener su asalto en esta localidad de la región de Járkov.

Moscú dice que lanzó su ofensiva en el noreste ucraniano para crear una zona tampón capaz de impedir los bombardeos de Kiev en territorio ruso.