Jenni Hermoso ha declarado este lunes en el inicio del juicio contra el ex dirigente del fútbol español Luis Rubiales por el beso forzado a la jugadora durante la entrega de medallas tras conquistar el Mundial de Australia. "Nadie vino a preguntarme cómo me encontraba", ha dicho la jugadora durante el juicio que se celebra en un tribunal de San Fernando de Henares, cerca de Madrid. 

“¿Para lo único que fueron a verle (los miembros de la Federación), es para salvar su reputación?”, le ha preguntado la acusación. “Sí”, ha respondido Hermoso durante el juicio en un tribunal cerca de Madrid.

La jugadora ha relatado cómo varios miembros de la Federación intentaron presionarla para hacer videos, comunicados y declaraciones para "calmar las aguas" en torno al beso no consentido que Rubiales le dio en Australia el 23 de agosto de 2023. 

La centrocampista española que juega en México, en los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ha afirmado haberse sentido "totalmente desprotegida" por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y ha reiterado que a ella "no le gustó el beso" y que por lo tanto no tenía por qué firmar comunicados o hacer declaraciones excusando a Rubiales. 

Ha afirmado que durante meses sufrió el acoso tanto de los miembros de la Federación como de la prensa. "Recibí amenazas de muerte y nos tuvimos que ir de Madrid’, ha dicho. 

Tras la victoria, al felicitar a Hermoso, la número 10 de la Roja, Rubiales le agarró la cabeza con las dos manos y le plantó un beso en los labios, antes de soltarla. El beso no consentido, se convirtió en un escándalo en el mundo entero.  del mundo entero.

El ex presidente, de 47 años, asegura que el beso fue "un piquito", un beso entre amigos. A Rubiales se le acusa de agresión sexual, por el beso en la boca, y de coacciones, por presionar a Hermoso para que lo justificara, unos delitos por los que la Fiscalía pide 2,5 años de cárcel.

El juicio dura hasta el 19 de febrero y se espera que Rubiales declare el 12 de febrero.