RFI se asocia al consorcio internacional de investigación "Forbidden Stories" (Historias Prohibidas) con el fin de rescatar el trabajo de Rafael Moreno, periodista colombiano asesinado hace seis meses en circunstancias que aún no se han esclarecido. Treinta medios nos hemos unido para continuar con su labor.
Angélica Pérez y Aabla Jounaïdi
El 16 de octubre de 2022, un hombre fue asesinado a tiros dentro de su restaurante en Montelíbano, sur del departamento de Córdoba, en el norte de Colombia. Un asesinato más de una larga serie en una región marcada por la violencia ciega de los grupos armados. Un detalle singular: el hombre asesinado ese día era un periodista de investigación. Rafael Moreno dirigía desde hacía seis años una página de Facebook donde revelaba numerosos escándalos que involucran a las élites políticas y económicas de su región.
Aprovechando su experiencia como activista político local, practicó un periodismo comprometido, buscando tantas veces como fuese necesario la información pública a sus cuestionamientos. “Lo puedo ver aun filmando escondido ese video de la mina de níquel Cerro Matoso. El asumió todos los riesgos por su trabajo”, recuerda su amigo Enyer Nieves Pinto, activista de derechos humanos.
Dudosos contratos públicos, minería fraudulenta, violación de la ley por parte de poderosas empresas privadas, el control de grupos criminales, Rafael Moreno no le huyó a ningún tema, a pesar de las numerosas amenazas de las que había sido blanco en los últimos años. En el sur de Córdoba, el clima de violencia e impunidad es tal que ningún testigo directo de su asesinato se ha presentado ante los investigadores del crimen.
“Desde que mataron a Rafa es como si todo el mundo se hubiera vuelto honesto en Córdoba, porque nadie se atreve a hablar y denunciar”, dice Yamir Pico, su primo y él mismo periodista. En las semanas previas a su asesinato, Rafael Moreno se sintió más en peligro que nunca. Dudaba del dispositivo de protección personal que tenía. Equipo que, además, no estaba de servicio el día de su muerte.
Rafael Moreno se había unido a la red “SafeBox” del consorcio “Forbbiden Stories” para poner bajo seguridad sus numerosos documentos y correos electrónicos. El objetivo: permitir que otros periodistas, una treintena, incluidos los de RFI, puedan continuar con su labor.
Nuestros colegas se adentraron en adquisiciones públicas turbias, minería sin licencia o el desarrollo de uno de los proyectos mineros de cobre más grandes. Él mismo un ex minero, Rafael Moreno era particularmente sensible a la difícil situación de los trabajadores y las comunidades afectadas por la actividad de los principales grupos mineros activos en la región.
En sus artículos denunció los daños que sigue causando la mina de níquel a cielo abierto más grande del continente, Cerro Matoso S.A., filial del gigante mundial South32. La justicia colombiana ordenó a la empresa en 2017 que actuara para limitar este impacto. En vano. Esta es la investigación que RFI ha decidido llevar a cabo en una serie de reportajes sobre las comunidades afectadas en una zona donde múltiples violencias de actores legales e ilegales hacen la ley ante la poca o, a veces, nula presencia del Estado.
[Continuará en el segundo episodio: "Cerro Matoso: la minería legal no es tan legal"]