Los 400 policías provenientes de Kenia desplegados en Haití llegaron a Puerto Príncipe el martes 25 de junio. Se trata del primer contingente movilizado en el marco de una misión internacional para restablecer la seguridad en Haití, especialmente en la capital, asolada por la violencia de las bandas.
El primer contingente de policías kenianos llegó a Puerto Príncipe el martes 25 de junio a bordo de un avión de Kenya Airways, informó la corresponsal de RFI Marie-André Bélange. Desembarcaron con uniforme de faena, casco, armas al hombro y una bandera de Kenia. Fueron recibidos por el Ministro de Justicia y Seguridad Pública.
Las reacciones en Haití se han multiplicado en las redes sociales, con vídeos de los policías en la pista del aeropuerto Toussaint Louverture circulando a los pocos minutos de su llegada.
La llegada de los policías kenianos de la fuerza multinacional de seguridad "aportará un alivio muy necesario al pueblo de Haití", según declaró el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado de prensa. Dijo estar "muy agradecido a todos los países que han prometido su apoyo en forma de personal y recursos financieros para esta misión", y señaló que Estados Unidos, aunque no envió policías ni militares, fue el principal contribuyente, con "más de 300 millones de dólares" en fondos y "hasta 60 millones de dólares en equipos".
La misión principal de esta fuerza, según la versión de la ONU que autoriza este despliegue, es proporcionar apoyo operativo a la PNH, la policía nacional haitiana, ahogada por la violencia de las bandas. Los 200 hombres y su recién llegado apoyo logístico se encargarán de asegurar ciertas infraestructuras denominadas críticas, así como puntos de tránsito como aeropuertos, puertos y cruces clave.
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Un alivio para el pueblo haitiano
Es el final de una larga espera. Un alivio para el pueblo haitiano, harto de la inseguridad que reina en el país, especialmente en la capital haitiana, controlada casi en su totalidad por las bandas. Los haitianos tienen grandes expectativas puestas en esta misión, que debería ayudar a combatir a las bandas armadas. Esperan poder reanudar pronto su vida normal.
"Me alegro. Me gustaría que se pusieran manos a la obra y lucharan contra los bandidos armados. Espero que no hagan lo que hicieron las anteriores misiones de la ONU, que vinieron a pasárselo bien", espera un haitiano entrevistado por RFI. “Necesito volver a la vida normal. No tengo intención de abandonar el país. Tengo mi trabajo aquí. Me gustaría que la policía keniana y la policía nacional, a través de sus unidades especializadas, trabajaran juntas para restablecer el orden en el país y que podamos salir de esta situación”, señala.
La tarea a la que se enfrenta la misión de seguridad en Haití promete ser de enormes proporciones. Haití ha sufrido décadas de inestabilidad política crónica y se enfrenta a un resurgimiento de la violencia de las bandas, que controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe, esto sumado a una crisis humanitaria. La situación empeoró bruscamente a finales de febrero, cuando grupos armados lanzaron ataques coordinados en Puerto Príncipe para derrocar al entonces Primer Ministro, Ariel Henry.
Pero no hay que precipitarse, aconsejan los expertos en seguridad haitianos. Es mejor esperar a que llegue todo el apoyo de seguridad a Haití antes de iniciar las operaciones sobre el terreno, y mientras tanto tomarse tiempo para aclimatarse y llevar a cabo misiones de reconocimiento en suelo haitiano, donde el número de desplazados internos asciende actualmente a 600.000 personas.
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