La anchoa peruana es esencial para la industria del aceite y la harina de pescado. Pero la llegada de la perturbación climática de El Niño podría repercutir en el mercado. Preocupado por sus recursos, Perú acaba de suspender la apertura de la primera temporada de pesca del año.
Por Marie-Pierre Olphand
La primera temporada de pesca de la anchoa, que suele abrirse en abril-mayo en el norte de Perú, podría simplemente no tener lugar este año. Sucesivas pescas exploratorias han demostrado que hay demasiados juveniles, es decir, anchoas jóvenes de menos de 12 cm de longitud. Por ello, las autoridades decidieron la semana pasada que no habría pesca hasta nuevo aviso, y quizá incluso hasta la próxima temporada, que empieza en otoño.
Por el momento, las previsiones siguen siendo arriesgadas, ya que nadie sabe hasta qué punto se ha interrumpido el ciclo de la anchoa ni qué repercusiones tendrá el fenómeno de El Niño.
Menor producción para 2023
La anchoa necesita aguas costeras frías para desarrollarse. Cuando la temperatura es demasiado alta, sólo pueden sobrevivir si encuentran un refugio, de lo contrario desaparecen. Un agua demasiado cálida también limita el afloramiento de nutrientes, como el zooplancton y las pequeñas gambas, y afecta a la concentración de Omega-3 de la anchoa. Desde una simple caída de la producción hasta una mortalidad masiva de su población de anchoas, Perú nunca se ha librado de El Niño.
Sin la primera temporada de pesca en 2023, ya es una certeza que la producción peruana de anchoas no alcanzará los 2,8 millones de toneladas del año pasado. Casi todas estas anchoas se transforman en aceite rico en Omega-3 y en harina para piscifactorías y granjas de animales, un sector mundial que depende en un 20% de Perú.
“El fin de Eldorado de la anchoa peruana”
La IFFO (International Fishmeal and Fishoil Organisation) prevé ya una producción mundial inferior a la del año pasado y, por tanto, precios más elevados. Sin embargo, las existencias de harina de pescado en China, el mayor comprador mundial, podrían limitar las tensiones en el mercado, según la organización, que representa a los productores de harina y aceite de pescado y sus intereses comerciales.
A medio y largo plazo, la industria debe prepararse para el "fin de Eldorado de la anchoa peruana", advierte Arnaud Bertrand, investigador del IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo, por sus siglas en francés) que prevé un colapso de la población de anchoa frente a las costas de Perú bajo la presión del cambio climático.