Se acabó. Los parisinos vencieron el pasado 2 de abril un referéndum popular convocado por la Alcaldía de París y suprimieron el alquiler de patinetes eléctricos en espacios públicos de la capital, tras casi seis años de "experimentación" en este sector que los franceses denominan "micromovilidad" dentro del perímetro urbano. La prohibición entra en vigor el viernes 1, pero la mayoría de las 15.000 unidades de tres operadores [Lime, Tier y Dott] ya han sido retiradas de la ciudad.
Por Márcia Bechara
"Los parisinos se han expresado democráticamente y han votado no", ha subrayado David Belliard, vicesecretario de Transportes y Movilidad de la Alcaldía de París, durante una rueda de prensa este jueves 31 sobre el fin de la oferta de patinetes eléctricos de autoservicio vía app en espacios públicos de la capital francesa. Reconoce que París, "la capital europea más poblada del bloque" europeo, ha sido incapaz de regular el sector, que "aprovechó una laguna en la legislación" hace unos cinco años cuando se instaló en las calles de la Ciudad de la Luz.
Peligrosos cuando se conducen incorrectamente, estos vehículos de dos ruedas -de autoservicio o no- estuvieron implicados en 408 accidentes en París en 2022, en los que murieron tres personas y 459 resultaron heridas, según las autoridades francesas. Los críticos acusan a los patinetes eléctricos de ser abandonados en cualquier lugar del espacio público, pasar a toda velocidad por las aceras a los peatones y contaminar las ciudades.
El 2 de abril de este año, el 89,03% de los parisinos votaron en un referéndum popular sin precedentes promovido por el Ayuntamiento de París contra el mantenimiento de los patinetes eléctricos en los espacios públicos de la capital. Aunque el "no" se impuso por casi el 90% de los votantes, la votación estuvo marcada por una baja participación, con sólo 103.084 personas, es decir, menos del 7,5% de los votantes registrados en París. No obstante, la alcaldesa socialista, Anne Hidalgo, ha prometido respetar el resultado de la votación, e incluso ella misma ha hecho campaña por el "no", subrayando que la supresión de este tipo de patinetes reduciría las "molestias" en las aceras y calzadas de la ciudad.
Según AFP, París se convertirá en la primera capital europea en prohibir completamente estos vehículos de dos ruedas de autoservicio a partir del viernes 1 de septiembre. Pero desde su llegada a la escena de la "nueva movilidad", los patinetes eléctricos de autoservicio han sido a la vez adorados y odiados por los parisinos. En París, donde atraen a jóvenes, ejecutivos ocupados y turistas, los patinetes eléctricos no han dejado de causar problemas y conflictos en la ocupación del espacio público.
En 2019, la capital francesa decidió limitar su oferta de autoservicio a 15.000 unidades, repartidas a partes iguales entre tres operadores responsables, que hoy se quejan de los "800 puestos de trabajo" perdidos como consecuencia de la prohibición, así como de los "400.000 clientes" que dejarán de tener acceso al servicio. Ese mismo año, la administración parisina decidió prohibir el estacionamiento de este tipo de scooters en aceras y vías públicas.
Cabe recordar, por ejemplo, episodios famosos del uso de patinetes eléctricos en París, como durante las huelgas masivas contra la reforma de las pensiones, defendida -y aprobada- por la administración de Emmanuel Macron. Ante la dificultad de desplazarse, sobre todo en París, donde la red de transporte público seguía interrumpida por la huelga y los movimientos sociales, y solo dos de las 16 líneas de metro funcionaban con normalidad, los parisinos apostaron fuerte por el alquiler de patinetes, aumentando la demanda en un 90%.
En aquel momento, en enero de 2020, la demanda era tan alta que muchos usuarios incluso escondieron los patinetes que habían alquilado a través de aplicaciones en sus edificios para asegurarse de que encontrarían el vehículo disponible al día siguiente. En un país como Francia, donde las huelgas y manifestaciones son una especie de deporte nacional, es innegable que los patinetes han desempeñado un papel importante en los desplazamientos de la gente.
El destino de los patinetes tras la prohibición en París
Un tercio de los 5.000 patinetes eléctricos de Tier permanecerán en la región de París, repartidos en 80 municipios de las zonas de Marne-la-Vallée y Saint-Germain-en-Laye. El resto se enviará principalmente a la vecina Alemania. Dott enviará sus 5.000 patinetes a Bélgica y Tel Aviv. Y los famosos patinetes eléctricos verdes de Lime [también 5.000 unidades] irán a Lille (norte de Francia), Londres, Copenhague y varias ciudades alemanas.
Los tres operadores dicen apostar por un cambio en el comportamiento de los clientes tras la prohibición de los patinetes de autoservicio, lo que debería aumentar la demanda de bicicletas de autoservicio en lugares públicos, un servicio que ya ofrecen todos ellos y que debería permitir evitar despidos, al menos de momento. "Estamos abiertos a reforzar esta oferta, sobre todo con la llegada de los Juegos Olímpicos", declaró David Belliard el jueves durante una rueda de prensa en la Alcaldía de París.
Sin embargo, el uso de patinetes eléctricos particulares y su alquiler en tiendas especializadas sigue estando "de momento" autorizado. "Hemos notado un cambio de comportamiento; cuando se trata de un patinete personal, la gente ya no aparca en la calle, por ejemplo", señaló Belliard. "La legislación debe evolucionar junto con la demanda, pero debemos invertir de forma prioritaria a partir de ahora, por ejemplo, en más aparcamientos para bicicletas en lugares públicos", dijo el asesor de la alcaldesa Anne Hidalgo sobre las llamadas micromovilidad y transporte público, señalando claramente la intención de París de volver a centrarse en el uso de la bicicleta.
"París cuenta ahora con 20.000 bicicletas disponibles para alquiler privado y otras 18.000 a través del sistema Vélib", dijo Belliard. "Vamos a hacer un seguimiento, pero en principio pensamos reforzar aún más esta oferta", dijo. "La idea es pacificar y simplificar el espacio público urbano, y esa fue la voluntad declarada de gran parte de los más de 100.000 parisinos que votaron en el referéndum de abril", concluyó.
Prohibidos los patinetes en otros grandes centros urbanos
París no es la primera capital europea que revisa el uso de patinetes eléctricos en su perímetro urbano. En 2020, Copenhague (Dinamarca) decidió restringir su uso en el centro de la capital escandinava. En 2018, Barcelona también prohibió la expansión de este tipo de servicios, al igual que la capital española, Madrid. Pero París sigue siendo "el mayor mercado" y el "mayor escaparate" del mundo para este tipo de servicios, según la alcaldía de la capital francesa. En noviembre de 2020, Singapur prohibió el uso de patinetes eléctricos en las aceras, y en Montreal (Quebec, Canadá) ya no están disponibles tras fracasar un periodo de prueba por falta de respeto e incivismo de los usuarios. Lo mismo ocurre en grandes centros como Nueva York y San Francisco, en Estados Unidos.
Accidentes
Para la brasileña Mariane Miranda, de 39 años, residente en la capital francesa desde hace 10 y madre de dos niños pequeños, la prohibición era necesaria desde hace tiempo. "He seguido la transición de los patinetes normales a los motorizados en autoservicio. Además, en los últimos años he tenido dos hijos, una niña de 2 años y un niño de 4. Estoy en contra de los patinetes eléctricos porque son demasiado rápidos, he visto demasiados accidentes a diario y yo misma he estado a punto de ser atropellada por alguien en uno de estos patinetes", afirma. "Además, no hay lugares adecuados para aparcarlos, como en el caso de los Vélibs [servicio público de autoservicio de bicicletas], donde hay lugares de estacionamiento para ellas. Estos patinetes están prácticamente tirados en la calle. He visto montañas de ellos cerca de mi casa, estorbando a niños y ancianos con andadores, por ejemplo", argumenta. "Estoy en contra. Cuando se celebró la votación [referéndum público], incluso me planteé ir al ayuntamiento a votar, y confieso que no fui por la distancia de mi casa al colegio electoral. Pero me alegré mucho del resultado", admite esta vecina.