Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá, ha enfrentado una serie de casos judiciales que han marcado su carrera política. Actualmente, asilado en la Embajada de Nicaragua y acompañado de su perro Bruno, es el centro de atención de las elecciones generales en Panamá del próximo 5 de mayo. A pesar de haber sido condenado a prisión por blanqueo de capitales y estar inhabilitado como candidato presidencial, cuenta con un significativo apoyo entre los votantes.

Por Jorge Hurtado

José Raúl Mulino, reconocido abogado y exministro de Seguridad, se encuentra asimismo en el centro de la atención política como candidato presidencial tras la inelegibilidad declarada al expresidente Ricardo Martinelli por las autoridades electorales panameñas debido a su condena por lavado de dinero.

Aunque no posee el carisma ni el respaldo popular de Martinelli, Mulino consolidó una ventaja sólida respecto al resto de candidatos gracias al apoyo del magnate de los supermercados y su padrino político, Ricardo Martinelli. 

La Justicia panameña condenó a Martinelli por el delito de lavado de dinero y lo sentenció a diez años y seis meses de prisión, junto con una multa que supera los 19 millones de dólares. A sus 71 años, el expresidente, que intentó postularse en las elecciones generales del 5 de mayo, se encuentra también bajo investigación por presuntos actos de corrupción vinculados a la empresa constructora brasileña Odebrecht.

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Desde principios de febrero, la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá lo acoge. Martinelli encontró refugio en la sede diplomática tras recibir asilo del Gobierno nicaragüense. Acondicionó la sede diplomática con electrodomésticos y artículos personales que llegaron después de confirmarse su condición de asilado.

Martinelli argumenta ser víctima de persecución política y denunció un presunto plan del Gobierno panameño para eliminarlo y así evitar su regreso al poder tras las elecciones del próximo 5 de mayo. La Constitución de Panamá prohíbe postularse para presidente a cualquier persona sentenciada a cinco o más años de prisión.

Pese a estar asilado junto a su perro Bruno, un yorkshire terrier que llevó a la Embajada, continuó activo en la campaña para respaldar a quien designó su sucesor en la contienda, el conservador José Raúl Mulino, quien fuera su exministro de Seguridad, provocando que el gobierno panameño llamara a consultas a su embajador en Managua. 

"Tanto Bruno como yo les damos las gracias a todos los que de una forma u otra nos atacan a diario, nos persiguen, nos difaman porque están haciendo esta campaña divertida y barata", comentó Martinelli en sus redes sociales. 

Un padrino controversial 

En su último evento de campaña el domingo, Mulino mostró un video que Martinelli grabó en la Embajada de Nicaragua. Martinelli “no puede estar aquí con nosotros debido a la injusta persecución política en su contra”, afirmó Mulino a la multitud.

"La mayoría de los panameños están enojados y molestos con la clase política del país", afirma Michael Shifter, profesor adjunto de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown. “Mulino se beneficia de la imagen de Martinelli y de la percepción de que el país estaba mucho mejor durante el mandato del expresidente”, agregó. 

Mulino no se esfuerza en disimular el apoyo de Martinelli, a quien acompañaba como fórmula vicepresidencial hasta que fue inhabilitado. Con su típica gorra azul con la leyenda “Martinelli – Mulino 2024”, prometió ayudar al expresidente a salir del país, de ser elegido en las urnas. 

“Mulino es alguien que puede sacar al país del flagelo de la criminalidad y de esta crisis que tenemos que es la falta de empleo”, comentó Adriano Cueto Valencia, un trabajador de 61 años en un barrio de la capital panameña. 

Fidedigna Pérez, una jubilada de 73 años que vive con su hijo, asegura que “este hombre habla en serio. La gente piensa que es arrogante, pero sé que puede ayudarnos a bajar los precios de los alimentos y ayudar a los pobres. Por eso Martinelli lo hizo candidato”.

Mulino prometió también a sus bases detener la migración, que el año pasado alcanzó la cifra histórica de más de medio millón de personas cruzando por la selva del Darién. "Vamos a cerrar el Darién y vamos a repatriar a todas estas personas, respetando los derechos humanos", aseguró Mulino en un acto de campaña reciente. 

En vísperas de la votación, el sistema judicial está evaluando una impugnación presentada contra la candidatura de Mulino. La objeción se centra en el hecho de que Mulino no fue seleccionado en las primarias y carece de un compañero de fórmula para la Vicepresidencia.

El pleno de la Corte Suprema de Justicia de Panamá se ha comprometido a permanecer en sesión continua hasta llegar a una decisión sobre la disputa de constitucionalidad vinculada al acuerdo emitido por el Tribunal Electoral el 4 de marzo de 2024. Dicho acuerdo revocó la elegibilidad de Ricardo Martinelli como candidato presidencial de los partidos políticos Realizando Metas y Alianza, otorgando en su lugar la postulación a José Raúl Mulino.

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"Se trata de un proceso totalmente inédito, con un alto grado de incertidumbre y de mucha complejidad. La razón de ello es la figura perturbadora del expresidente Ricardo Martinelli", escribió en el diario 'El Comercio' José Ignacio Piña Rojas, embajador de México en retiro y miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión para América Latina y el Caribe del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, COMEXI.

"Hay demasiadas incógnitas con Mulino", dice por su parte Rodrigo Noriega, analista político y columnista en el periódico 'La Prensa'. “El tema anticorrupción, la (represión de) los temas de protesta social… y el manejo suave del tema de la corrupción de Ricardo Martinelli”, agrega. 

“A pesar del fuerte rechazo por parte de algunos de los sectores sociales más importantes del país (e internacionales), incluyendo al Gobierno estadounidense, todo indica que el llamado 'delfín' de Martinelli obtendrá el triunfo en las próximas elecciones y lo que está por verse es si Mulino podrá gobernar sin la influyente figura del exmandatario panameño”, agrega Piña Rojas en 'El Comercio'. 

Martinelli y la Justicia 

En mayo de 2017, la Policía Internacional emitió una orden de captura contra Martinelli, por un caso de espionaje solicitado por la Justicia panameña. Se le acusó de establecer una sofisticada red de "pinchazos telefónicos" durante su mandato, que le permitía espiar a rivales políticos, periodistas, empresarios y funcionarios. 

Martinelli, quien había huido a Miami para evitar la persecución judicial en su país, fue detenido en julio de 2017 mientras salía de su residencia en Coral Gables, Florida, y posteriormente fue extraditado a Panamá para enfrentar múltiples casos de presunta corrupción durante su mandato.

A su regreso, fue recluido en la misma prisión donde pasó sus últimos años el exdictador Manuel Antonio Noriega.

Tras el juicio por espionaje político, el cual tuvo que repetirse y del que resultó absuelto en 2021, interpretó la famosa canción 'El Rey' de Vicente Fernández junto a un mariachi para celebrar el fallo. 

"Hay muchas personas que recuerdan el prontuario. Sobre todo, recuerdan los hechos de corrupción y poco se habla de los casos de derechos humanos, que también fueron varios durante su Presidencia. Pero también, no se puede negar, no se puede olvidar, fue un periodo de impresionante bonanza económica para el país”, recordó en RFI Claire Nevache, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y sociales, CIEPS.   

Según ella, “durante los cinco años de Ricardo Martinelli, el promedio de crecimiento económico fue el mayor del mundo (…) Había pleno empleo, crecimiento del salario mínimo todos los años y muchas obras de infraestructura que se construían y que generaban un cambio muy concreto en la vida cotidiana de las personas".

 

La popularidad de Martinelli también se radica en la inconformidad con el costo de vida y los índices económicos en rojo de Panamá. “Por supuesto que el recuerdo de esa bonanza económica está muy presente y la sensación de que podría volver esa bonanza si Martinelli regresara a la Presidencia", concluyó Nevache. 

En su último encuentro con la Justicia el año pasado, Martinelli fue condenado por lavado de dinero en relación con la compra en 2010 de una editorial propietaria de periódicos nacionales. 

Los fiscales alegaron que empresas que obtuvieron contratos gubernamentales lucrativos durante su mandato canalizaron fondos a través de una empresa fachada llamada 'New Business', que luego se utilizó para adquirir la editorial. Estas transacciones implicaron una compleja red de transferencias de dinero al extranjero, en total 43 millones de dólares. 

 

Con AP y medios locales