El ejército israelí llevó a cabo el viernes un “ataque selectivo” en Beirut dirigido contra el comandante de operaciones de Hezbolá, Ibrahim Aqil, según han informado a Reuters dos fuentes de seguridad en Líbano.

Una fuente cercana a Hezbolá afirmó el viernes a la agencia de noticias AFP que el jefe de la fuerza Al Radwan, la unidad de élite del movimiento libanés proiraní, murió en un bombardeo israelí en la periferia sur de Beirut.

"El bombardeo israelí fue dirigido contra el jefe de la fuerza Al Radwan, Ibrahim Aqil, que murió", detalló la fuente. Este alto mando de Hezbolá estaba buscado por Estados Unidos.

En un comunicado, Tsahal dijo que había llevado a cabo un “ataque selectivo” en la capital libanesa, sin dar más detalles. El atentado tuvo lugar cerca de infraestructuras de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut, según las dos fuentes de seguridad.

Ibrahim Aqil, también conocido como Tahsin, pertenece al máximo órgano militar de Hezbolá, el Consejo de la Yihad.

Según el Ministerio de Sanidad libanés, el atentado ha causado al menos tres muertos. El canal de televisión del movimiento chií libanés, Al Manar, había dado previamente un balance provisional de un muerto y 14 heridos.

“Las FDI llevaron a cabo un ataque selectivo en Beirut. En este momento, no hay ningún cambio en las instrucciones defensivas del Mando del Frente Interior”, dijo el ejército israelí en un comunicado.

Hezbolá había anunciado previamente que había bombardeado posiciones israelíes en siete ataques Katyusha distintos.

La televisión pública israelí (KAN) informó de que se habían disparado unos 150 cohetes contra territorio israelí desde Líbano. Los servicios de emergencia israelíes no informaron de víctimas inmediatas.

El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, dijo el jueves que Israel había cruzado “todas las líneas rojas” al llevar a cabo ataques con artefactos de comunicación trampa en Líbano en los últimos días.

Israel, que no reivindicó la autoría de las explosiones de beepers y walkie-talkies que causaron 37 muertos y unos 3.000 heridos, prometió continuar sus operaciones militares contra el movimiento chií proiraní en el marco de una nueva fase militar que implica “oportunidades” pero también “riesgos importantes”, en palabras de su ministro de Defensa, Yoav Gallant.

En un discurso televisado, Nasralá reconoció que su organización, fundada en 1982, había sufrido “sin duda” un golpe muy duro “sin precedentes en la historia de la resistencia en Líbano” con las explosiones, en dos oleadas el martes y el miércoles, de miles de aparatos de comunicación utilizados por sus miembros.

Aseguró que Israel no conseguirá, ni con una escalada militar ni con una guerra abierta, alcanzar su nuevo objetivo en la frontera.    

(Con AFP y Reuters)