La Gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, asegura que los niños y jóvenes están sufriendo depresión, desórdenes alimenticios y otros problemas de salud mental y recientemente aprobó dos leyes para que el algoritmo deje de inundar los celulares de los menores de 18 años, a menos que sus padres den expresa autorización para evitar esta nueva herramienta de control.

Nueva York es el primer Estado en aprobar leyes para proteger a los menores de los efectos nocivos de las redes sociales. Según encuestas, las leyes eran esperadas con ansias y cuentan con el apoyo de la mayoría. Antes de subir al metro en Manhattan, Fernando Efron, un ejecutivo que trabaja en finanzas, compartió su opinión sobre la nueva legislación: “Veo todos los días la adicción que Tik Tok y otras plataformas le generan a mi hijo de 14 años y por eso realmente le doy la bienvenida a que el gobierno tome medidas para tratar de ayudarnos a los padres que realmente estamos muy solos con estos temas”.

Las leyes apuntan a restringir el constante envío de videos, notificaciones, avisos comerciales y material en redes sociales para que los menores de 18 años no sean sobreestimulados con contenido generado automáticamente. Los adolescentes que no tengan el consentimiento expreso de sus padres, solamente verán el contenido de aquellas cuentas que ellos mismos han elegido seguir.

En un colegio de Brooklyn, varios chicos celebran el último día de clases. Muchos están enfrascados en sus celulares mientras sus parientes los felicitan y abrazan. Yomeidi es dominicana, ella acompaña a su hija que en breve iniciará sus vacaciones de verano. “Hay cosas que tú las ves porque sí, porque salió y después siguen saliendo y así, es un poquito molesto”, dice la señora que se queja por la cantidad de imágenes de chicas en bikini con cuerpos perfectos que aparece en las redes porque considera que eso genera un poco de ansiedad “porque tú quieres parecerte a esa persona. Ella tiene cuadritos, yo quiero cuadritos. voy a hacer tres horas en el gimnasio porque ella tiene un cuerpo fit”, comenta. Por eso Yomeidi aprueba que la gobernadora lo regule.  

Para otros, como la puertorriqueña Marta Martínez, esta acción del Gobierno llega demasiado tarde y no tendrá ningún efecto. “Ya el gobierno no puede hacer nada. Quizás va a querer hacer algo solamente para decir que van a hacer algo, pero ya está todo dañado. Los niños pequeños de 2 y 3 años, ya con un teléfono, ya se lo quitan, patalean, les da una rabieta porque quieren su teléfono. Ya eso es una adicción desde pequeños”, comenta.

Enrique Pujols, enseña matemática en la Universidad de Nueva York y está en contacto diario con adolescentes. Para él, el problema no es exclusivo de los chicos: “En realidad los que están adictos a los teléfonos somos nosotros los adultos y de hecho bastante nos ha afectado a nosotros. O sea que tambien los adultos no nos sabemos regular adecuadamente cuando nos referimos a las pantallas”.

Aún falta para que comiencen a regir las nuevas leyes y hay muchos interrogantes sobre los mecanismos para verificar por un lado, la edad real de los usuarios y luego, como establecer si cuentan o no con el consentimiento expreso de un adulto para dejar operar libremente al algoritmo.