Entrevistamos a Luciano Zácara, profesor del Centro de Estudios del Golfo en la Universidad de Qatar, sobre los recientes asesinatos de dirigentes de Hamás y Hezbolá, uno de ellos en Teherán y el otro en Beirut, lo que ha fortalecido al primer ministro israelí Netanyahu en una estrategia militar que, sin embargo, tiene muchos críticos adentro y afuera del país. Zácara nos explica por qué.
RFI: El ejército israelí anunció este jueves que el jefe militar del movimiento islamista palestino Hamás, Mohammed Deif, murió en un bombardeo que llevó a cabo en julio en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. Esto fue hace casi un mes. Pero esta muerte se suma de cierta manera a las dos recientes muertes de altos cargos tanto de Hamás como de Hezbolá: Ismail Haniyeh, el jefe político de Hamás, y Fuad Shruk, jefe militar de Hezbolá. Son sin duda alguna varios logros del ejército israelí. ¿Qué consecuencias pueden tener estos acontecimientos?
Esta muerte, que ha ocurrido varios días atrás, demuestra que las actividades de Hamás han seguido adelante a pesar de que se hubiera eliminado a ese jefe. Desde un punto de vista militar, estas muertes no van a tener mucha influencia. Pero sí es evidente que es un golpe político muy importante en la medida en que la mayoría de los dirigentes de Hamás, al menos aquellos que son más conocidos, al parecer han sido eliminados físicamente. Esto podría debilitar bastante la estructura política de Hamás dentro de la Franja de Gaza.
RFI: ¿Fortalecen estos asesinatos al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en la medida en que puede decir que los principales altos cargos de Hamás, responsables del atentado terrorista del 7 de octubre, han sido eliminados?
Sí, desde el punto de vista de aquellos dentro del gobierno israelí y de la sociedad israelí que estaban esperando únicamente la eliminación de Hamás y una revancha por lo que pasó el 7 de octubre. Sí, evidentemente. Netanyahu ha ganado bastantes puntos. Pero hay otro sector de la sociedad israelí, incluso medios de prensa, periodistas y políticos, que critican a Netanyahu porque su voluntad de seguir adelante con este objetivo prioritario de eliminar física e ideológicamente a Hamás lo ha llevado a un camino sin retorno de lucha militar, sin ningún tipo de negociación política, sin ningún tipo de respeto por los derechos humanos y sin posibilidad de que este alto el fuego se dé de una manera negociada, sino simplemente a la fuerza y a partir de que ya no exista ningún tipo de resistencia militar en la Franja de Gaza. La sociedad israelí sigue estando dividida acerca de esto. Es verdad que Netanyahu ha conseguido eliminar gente que algunos, en la sociedad israelí, querían "ver muertos", por decirlo de alguna manera, pero, en cierta medida, algunos consideran que esto no contribuye a pacificar y a mejorar la situación. Sobre todo, no sirve para terminar la guerra.
RFI: Haniyeh era el negociador de Hamás. ¿Qué impacto puede tener en las negociaciones para liberar a los rehenes?
No es una buena noticia. Yo vengo diciendo desde hace varios meses que los rehenes prácticamente pueden ser considerados como "sacrificados" en la búsqueda de ese objetivo militar israelí que es eliminar a Hamás. Un objetivo que Estados Unidos le viene diciendo a Israel que es imposible de conseguir por la vía militar. Se ha dejado de lado la prioridad de recuperar a los rehenes, se ha dado por muerto a muchos de ellos y, por lo tanto, los que quedan ya no son tan importantes. En cambio, el objetivo militar sigue siendo prioritario. De hecho, cada vez se avanza más en ese objetivo militar que Netanyahu había prometido y que es, principalmente, vengar lo que pasó el 7 de octubre. En concreto, eliminar a todos aquellos que participaron en la organización. Tanto desde el punto de vista ideológico como desde el punto de vista militar, se ha demostrado que, después de diez meses de guerra, siguen los combates, sigue habiendo militantes de Hamás y otros grupos islamistas, y otros que están combatiendo a las fuerzas de ocupación israelí. Por lo tanto, queda más o menos claro que nunca va a poder completarse el objetivo militar del todo. Y si se deja de lado las negociaciones, prácticamente se renuncia a poder conseguir el otro objetivo que se había planteado Netanyahu, que era liberar a los rehenes. Sobre todo, porque hay parte del gobierno israelí que nunca le dio importancia a la recuperación de los rehenes, solo porque únicamente aspiraba a eliminar a Hamás.