La situación continúa degradándose en Haití. Según Naciones Unidas, al menos 150 personas habrían muerto en la capital, Puerto Princípe, la semana pasada y la ong Médicos Sin Fronteras anunció que retira sus actividades en la capital a partir de este miércoles, debido a problemas de seguridad.
La ONG Médicos Sin Fronteras anunció la suspensión de sus actividades en Puerto Príncipe. Diana Manilla, jefa de misión de Médicos Sin Fronteras en Haití explica que “han cruzado la línea roja”, pues en la última semana se ha producido un importante deterioro de la situación de seguridad en la que trabajan sus equipos.
“Específicamente el 11 de noviembre, una ambulancia de Médicos Sin Fronteras que transportaba a 3 jóvenes con heridas de bala fue detenida por la policía haitiana tras un intento de detención y disparos al aire, la policía escoltó la ambulancia hasta un hospital público y ahí agentes del orden y miembros de un grupo de autodefensa rodearon la ambulancia, pincharon las llantas y lanzaron gases lacrimógenos al personal de Médicos Sin Fronteras. Después se llevaron a los pacientes y ejecutaron al menos a dos de ellos”, contó Manilla.
Desde la ONG insisten que pese a la grave situación de seguridad que enfrenta el país, organizaciones como la suya habían logrado mantenerse al margen del conflicto en una suerte de respeto tácito que cambió con el repunte de violencia que vive la capital desde hace varios días.
La jefa de misión de la organización indica que las percepciones han ido cambiando en las últimas semanas, respecto a los incidentes que han tenido en la última semana. “Las acusaciones de la policía son que Médicos Sin Fronteras ayuda de alguna manera a las pandillas por el hecho de dar servicios de salud a este tipo de personas. Nosotros de manera repetida, hemos dicho que en ningún momento cuestionamos, ni intentamos saber cuál es el perfil o quién es la persona, son simplemente nuestros pacientes y por ese tipo de asistencia que estamos dando hoy en día, nos encontramos como el blanco de la policía y de las fuerzas del orden”, agregó.
En marzo pasado, Médicos Sin Fronteras había decidido reforzar su presencia médica en Puerto Princípe, para hacerle frente al caos y prestar asistencia al número creciente de heridos que se produjo tras el anuncio de la postergación de las elecciones generales, a lo que se sumó la reciente destitución del primer ministro Garry Conille por el actual consejo de transición. La preocupación ahora es el abandono en que quedarán dichas zonas.
Según Manilla, “hoy en día la mayoría de los servicios de salud a nivel público no dan servicios. El personal del Estado no accede a ciertas estructuras de salud por problemas de seguridad y es justo en esas zonas en las que Médicos Sin Fronteras trabaja”.
Desde la ONG insisten en que no saldrán del convulsionado país, pero dicen haberle escrito a las autoridades para que garantice su trabajo en Haití.