Donald Trump, elegido para un nuevo mandato en noviembre, asume oficialmente su cargo el lunes 20 de enero tras su ceremonia de investidura. A partir de ahora, las relaciones internacionales se organizarán en torno a él. Sus interlocutores tendrán que vérselas con un presidente estadounidense de nuevo en el poder y más decidido que nunca a imponer sus políticas. ¿Qué cartas tiene Emmanuel Macron frente a Donald Trump?

Por Valérie Gas

¿Es un mal presagio? Emmanuel Macron no fue invitado a la toma de posesión de Donald Trump. No es “tradicional invitar a jefes de Estado” a esta ceremonia, afirma una persona cercana al presidente, que añade: “El problema es que invita a líderes europeos para crear cizaña”. La italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orbán, dos líderes considerados aliados por el presidente estadounidense, han sido invitados a Washington.

Si no un presagio, es al menos una señal del estado de ánimo del presidente estadounidense. Y una señal que no es baladí, porque uno de los retos cruciales a los que se enfrentará Donald Trump será conseguir mantener unidos a los europeos, para que no todo el mundo “corra a Washington a defender su pequeño perímetro”.

Y es frente a esta estrategia estadounidense de división donde Emmanuel Macron tiene un papel que desempeñar, según un ex ministro que afirma que ha ganado “antigüedad” en el Consejo Europeo desde 2017, que sigue teniendo peso en este “pequeño club” a pesar de sus dificultades domésticas desde la disolución de la Asamblea Nacional y que tiene “la voluntad de representar a su país y de ser útil a nivel europeo”.

El jefe del Estado francés también es “reconocido” como interlocutor por Donald Trump, entre otras cosas porque consiguió “ser reelegido y eso cuenta en la psicología del presidente estadounidense”. En el Elíseo hablan de una relación de “confianza” con el presidente estadounidense fundamental para “trabajar por una Europa más autónoma”, e identifican dos temas fundamentales: la guerra de Ucrania y el comercio.

“Ser útiles a nivel europeo”

Durante el primer mandato de Donald Trump, los dos jefes de Estado habían forjado una relación personal que Emmanuel Macron relanzó en cuanto su homólogo estadounidense fue reelegido. Lo felicitó inmediatamente y lo invitó a la reapertura de la catedral de Notre-Dame de París a principios de diciembre de 2024, a la que Donald Trump asistió.

Fue en Francia donde realizó su primer viaje internacional, incluso antes de ser investido, durante el cual mantuvo un intercambio de opiniones con Volodimir Zelenski, el presidente ucraniano. Emmanuel Macron organizó un cara a cara diplomático sobre la cuestión de la resolución de la guerra en Ucrania, vital para Europa.

Emmanuel Macron no esperó a su investidura para poner las cartas sobre la mesa. Ante la reconfiguración del equilibrio mundial provocada por la elección de Donald Trump, el presidente considera, según el Elíseo, que “ahora más que nunca es el momento de que Europa tome su destino en sus manos”.

En la lucha de poder con Donald Trump sobre cuestiones económicas, comerciales y de defensa, la principal ventaja de Emmanuel Macron es ser quien juega la carta de preservar los intereses de una Europa unida.