Las nuevas autoridades sirias pidieron a todas las facciones rebeldes del país deponer las armas e integrarse en un futuro nuevo ejército nacional. Sin embargo en As Suwayda, los grupos armados drusos se resisten, temiendo por su seguridad ante la posibilidad de quedarse a merced de los islamistas si se desarman.

Con nuestra enviada especial a As Suwayda, Manon Chapelain.

Al conocer la noticia, Naghdam aprieta los dientes. Desde que Ahmed al-Sharaa pidió a las facciones armadas de As-Suwayda, conocida como la 'Pequeña Venezuela', que depusieran las armas, ella teme por su seguridad. Duda de que el nuevo gobierno pueda proteger a las minorías: "Es demasiado pronto para juzgar, solo llevan dos meses en el poder. Quizás logren crear un gobierno con leyes justas, pero hasta ahora no está claro. Su visión islamista es aterradora. El origen de sus luchadores también".

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Autonomía especial

As-Suwayda ha vivido durante mucho tiempo al margen de la guerra y disfruta de una autonomía particular. El régimen de Bashar al-Asad fue saliendo gradualmente, dando paso a múltiples facciones armadas. Hoy se niegan a deponer las armas. Abou Ali, combatiente de la facción de Al Jabal, una de las más importantes de la región, se muestra muy cauteloso: "Es una cuestión de tiempo. Mientras el país se reconstruye, vuelve la confianza entre las personas. Personalmente, hoy no tengo confianza para ir a Damasco sin encontrarme con problemas". 

“Como sirios, todos tenemos derecho a participar”

Desde la caída del régimen, estos combatientes han impedido cualquier entrada del nuevo gobierno interino. Chakib Azam, jefe de la brigada al-Jabal, pide que los drusos se integren en el gobierno al final del proceso de transición: “Por el momento solo hay hombres de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), es una mala decisión. Como sirios, todos tenemos derecho a participar en este triunfo y en la gestión de este país", dijo. 

El 1 de enero, una de las principales autoridades religiosas de la comunidad drusa declaró que no aceptaría que los grupos armados depusieran las armas antes de que se redactara una Constitución.