Escribir una carta a mano, mandar una postal, anotar en una hoja la lista de las compras… Estas actividades que suponen escribir a mano y no con un teclado tienen hoy en día menos seguidores, según un sondeo publicado en Francia, donde sin embargo sigue existiendo un apego al papel.

Las cifras lo confirman: el 78% de los encuestados -basado en una muestra de 1.003 personas mayores de 18 años en Francia- afirman que escriben menos a mano que hace 10 años, según un sondeo de la encuestadora IFOP para la empresa Otypo (especializada en impresión y grabado), y difundido por el diario Le Figaro.

¿Hacia el fin de la escritura manuscrita?

Sólo una minoría de franceses (11%) escribe ahora más a menudo en papel que con un teclado, mientras que el 55% de los franceses utiliza un teclado más que un bolígrafo para escribir a diario. Una cuarta parte (25%) utiliza indistintamente el bolígrafo y el teclado.

Nacidas con Internet, las jóvenes generaciones están más acostumbradas a escribir digitalmente que a mano. Solo el 11% (frente al 14% en 2016) de ellos afirma utilizar más a menudo un lápiz que un teclado numérico.

Menos de uno de cada dos franceses ha escrito una carta en papel en los últimos 12 meses, indica el sondeo. Sin embargo, una cierta proporción sigue enviando postales (32%), tarjetas de felicitación (31%) o cartas de amor (28%). Un dato sorprendente: el 7% de los encuestados ha cogido un bolígrafo para falsificar la firma de alguien sin su conocimiento.

Apego al papel

El estudio muestra que la escritura en papel es más favorecida entre los "franceses poco cualificados", entre los que "hay más devotos del papel" (14% entre los obreros y los empleados). Por el contrario, las clases altas son más propensas a utilizar las herramientas digitales a su disposición, y sólo el 9% de ellos escribe más a menudo en papel. Así, el declive de la escritura a mano es "más pronunciado entre los directivos (85%) que entre los obreros (70%)", señala la encuestadora.

Pero "no todo está perdido", según IFOP: los franceses siguen "profundamente apegados al papel y a sus beneficios en términos de concentración, aprendizaje o simplemente por el placer que proporciona escribir a mano".

Aunque escriben menos con bolígrafo debido a la era digital, más de la cuarta parte (26%) "prefiere escribir en papel que con un teclado", y al 40% le gustan indistintamente las dos formas de escribir. Una tendencia reflejada entre los jóvenes: el 31% de ellos "prefiere ahora escribir en papel, mientras que en 2016 preferían el teclado".

La escritura a mano, ¿un hándicap?

El estudio revela asimismo que la escritura manuscrita ha sido un hándicap para muchos franceses, "tanto en la escuela como en el trabajo". Algo especialmente cierto en el caso de los hombres, el 38% de los cuales considera que su propia letra ha sido "criticada por profesores o alumnos", frente a sólo el 23% de las mujeres. Una desventaja que les hizo perder puntos en la escuela, según el 33% de ellos, frente al 22% de las mujeres.

Esta dificultad continuó en el lugar de trabajo para el 14% de ellos, frente a la mitad de mujeres. Algunos (13%) también han rechazado una oferta de trabajo que exigía una carta manuscrita.

Interés por la escritura inclusiva

Otra observación es que, a pesar de las críticas que ha recibido, la escritura inclusiva suscita un interés creciente entre los franceses, sobre todo entre las mujeres para quienes se trata de un progreso "en términos de igualdad de género".

Las francesas verían con buenos ojos el uso del punto medio en los documentos oficiales (59% frente al 42% de los hombres), en los intercambios profesionales (56% frente al 42%), y en los intercambios privados, aunque un poco menos (53% frente al 44%).