Este fin de semana, Estonia, Letonia y Lituania se incorporan oficialmente al sistema eléctrico continental europeo. Treinta y cinco años después de su independencia, esta transición marca una nueva ruptura con el legado de la ocupación soviética.
A partir de ahora, Rusia ya no podrá utilizar sus recursos energéticos para presionar a los Estados báltico. Técnicamente, esta sincronización es una cuestión de frecuencia y regulación. Vija Pakalkaite, analista independiente, utiliza una metáfora musical. “Podemos comparar la situación con dos orquestas que tocan la misma música. Cada país europeo tiene su propio director que marca el ritmo. En la orquesta rusa, Rusia es el único director. Los países bálticos pasarán de una orquesta a otra para regular la frecuencia”, afirma.
Los tres países habían dejado de comprar gas y electricidad rusos desde 2022, pero sus redes eléctricas seguían conectadas a Rusia y Bielorrusia, aunque la regulación de la frecuencia seguía controlada desde Moscú, señala la agencia de noticias francesa AFP. En consecuencia, seguían dependiendo de Rusia para disponer de un flujo estable de electricidad, crucial para los aparatos que requieren un suministro fiable, sobre todo en los procesos industriales.
Una transición preparada desde 2007
Los tres Estados bálticos llevan preparándose para esta sincronización desde 2007. Para hacer posible esta transición, ha habido que modernizar muchas infraestructuras. Reinis Aboltins, experto en energía de la Comisión de Servicios Públicos de Letonia, explica los esfuerzos realizados. “Hemos tenido que mejorar los centros de producción existentes aumentando su capacidad, pero también crear nuevas conexiones eléctricas”, dice.
También hubo que realizar varios proyectos. Por ejemplo, un cable eléctrico submarino une Suecia y Lituania desde 2015. Más recientemente, se estableció una conexión terrestre entre Lituania y Polonia.
Aunque las autoridades han asegurado que todo está listo, persisten algunas preocupaciones. En Estonia, los medios de comunicación informan de un fuerte aumento de las compras de generadores, señal de que la población está preocupada por la posibilidad de apagones masivos. El operador eléctrico polaco PSE ha anunciado el envío de helicópteros y drones para vigilar la conexión con Lituania. En Estonia, policías y voluntarios estarán apostados en las infraestructuras eléctricas esenciales hasta el próximo fin de semana, debido al riesgo de sabotaje.
“Una victoria para la democracia”
“Estamos quitando a Rusia la posibilidad de utilizar el sistema eléctrico como herramienta de chantaje geopolítico”, declaró el ministro lituano de Energía, Zygimantas Vaiciunas. En la red social X, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ex primera ministra estonia, aplaudió “una victoria de la democracia”. En total se han invertido 1.600 millones de euros en el proyecto de sincronización en los tres países bálticos y Polonia.