Cuando este 8 de febrero se cumplen dos meses de la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, el presidente de la transición, Ahmed al-Sharaa, sigue enfrentando la difícil conciliación de las expectativas de sus socios, especialmente en el ámbito de la seguridad: por un lado, los occidentales; por otro, Arabia Saudita, Turquía y Catar. Informe de Guilhem Delteil, periodista de RFI.

Ahmed al-Sharaa, cada vez más reconocido en su papel de presidente "de transición" de Siria, transmite ahora un mensaje claro en la escena internacional: las prioridades de su país son la estabilidad y la reconstrucción.

La semana pasada, Ahmed al-Sharaa recibió la visita de su primer jefe de Estado: el emir de Catar. Posteriormente, realizó sus primeros viajes al extranjero: primero a Arabia Saudita y luego a Turquía.

Invitación a París

La novedad de estos días ha sido la llamada del presidente francés y su invitación a viajar a París "en las próximas semanas", según la agencia oficial siria. Tras sus primeras visitas en la región, este contacto marca el reconocimiento creciente de las nuevas autoridades de Damasco en la escena internacional. Sin embargo, ahora deberán gestionar las expectativas, a veces divergentes, de sus socios internacionales.

La presidencia francesa enmarca esta conversación, la primera conocida entre un líder occidental y el nuevo presidente sirio, en el contexto de la conferencia internacional sobre Siria que se celebrará la próxima semana en París. Se espera que este encuentro reúna a representantes de países de Medio Oriente, así como de Europa y Estados Unidos, para apoyar la transición. También se ha anunciado la participación del ministro sirio de Asuntos Exteriores.

Convergencias en materia económica

En el ámbito económico, la mayoría de los socios coinciden en avanzar hacia el levantamiento de las sanciones impuestas al régimen de Bashar al-Assad en Siria. Ya el 12 de enero, al término de una reunión de los jefes de la diplomacia europea y de Medio Oriente, Arabia Saudita expresó su deseo de esta evolución. Finalmente, la Unión Europea tomó la misma dirección dos semanas después. Los ministros de Asuntos Exteriores de los 27 países decidieron el lunes 27 de enero un levantamiento gradual de las sanciones europeas. No obstante, esta medida de apoyo está acompañada de una advertencia: la decisión es reversible. Las nuevas autoridades sirias siguen bajo vigilancia.

Divergencias en temas de seguridad

En cambio, en materia de seguridad, las posturas de los socios de Siria están menos alineadas. Turquía apoya los combates contra las Fuerzas Democráticas Sirias, que controlan el noreste del país. Esta coalición está dominada por los kurdos del PYD, considerado por Ankara como la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y clasificado como grupo terrorista por Recep Tayyip Erdogan.

Sin embargo, para los países occidentales, estas fuerzas son un aliado en la lucha contra el terrorismo. Aún retienen a numerosos ciudadanos occidentales que se unieron a las filas del Estado Islámico. Y este miércoles, Emmanuel Macron reafirmó lo que llamó "la fidelidad" de Francia hacia ellos.

Para las nuevas autoridades en Damasco surge entonces una cuestión: ¿cómo integrar a los kurdos en el nuevo régimen sin alienar a sus socios? Algunos abogan por la firmeza, otros por el diálogo.