La líder ultraderechista mantiene la presión sobre el presidente francés, Emmanuel Macron, y sobre el primer ministro, Michel Barnier, consciente de su poder clave en la Asamblea Nacional francesa, con 126 diputados. “Esperemos que este mandato sea el más corto posible”, dijo la jefa de la Agrupación Nacional.

La situación política "no puede continuar", declaró el sábado Marine Le Pen, pidiendo una nueva disolución el año que viene, mientras los diputados electos de su grupo regresaban al Parlamento.

"Nos encontramos en un sistema en el que es la persona con menos votos la encargada de formar gobierno", señaló le Pen, en referencia a la llegada al Hotel de Matignon de Michel Barnier, procedente de las filas de Los Republicanos, el partido conservador que consiguió sólo 39 diputados en un hemiciclo de 577.

"Quedan diez meses y estoy convencida de que al final de estos diez meses, o en primavera o en otoño, habrá nuevas elecciones legislativas", añadió. Su tandem y presidente de la Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, expresó su esperanza de que los diputados de la RN encarnen entretanto una oposición "constructiva" e "influyente".

Su partido ha vuelto a situarse en el centro del juego político con la llegada de Barnier a Matignon, bajo la amenaza constante de una moción de censura conjunta de la izquierda y RN, la líder de los 126 diputados del grupo RN consideró, no obstante, que el "gran país que es Francia no puede funcionar así".

Esta posición contrasta con la de Emmanuel Macron, que ha indicado que no desea volver a disolver la Asamblea Nacional de aquí al final de su mandato en el Elíseo.

Michel Barnier anunciará la composición de se ejecutivo la semana que viene. El tiempo apremia puesto que tiene que presentar el presupuesto de 2025 antes del 1 de octubre. (con AFP)