Apenas dos semanas después del huracán Helene, un nuevo huracán, Milton, está a punto de golpear la costa de Florida en la noche del miércoles 9 al jueves 10 de octubre. Las autoridades locales han lanzado una campaña de evacuación masiva ante una tormenta que se espera sea la más violenta en “al menos un siglo”, según el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. La magnitud de este fenómeno natural se explica por las altas temperaturas globales provocadas por la actividad humana.

Por Simon Rozé

Entre el domingo 6 y el lunes 7 de octubre, Milton pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 48 horas. La velocidad de sus vientos aumentó bruscamente de 120 km/h a 280 km/h. Se trata de un fenómeno de rápida intensificación, sin precedentes a este ritmo en el océano Atlántico, según la NASA.

Milton ha encontrado en el Golfo de México todo el combustible que necesitaba para expandirse. Las aguas superficiales han estado inusualmente cálidas durante varios meses, y actualmente superan los 30°C (2 grados más que la media de 1982-2010). Estas aguas cálidas permiten que los huracanes se intensifiquen, aumentando su fuerza. El calor también favorece la evaporación, lo que aumenta la humedad disponible para la tormenta. Así pues, las condiciones estaban dadas para que Milton se convirtiera en el monstruo meteorológico descrito por las autoridades estadounidenses.

Estas condiciones se ven favorecidas por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero debidas al uso de combustibles fósiles. En su informe de 2021, en los capítulos dedicados al ciclo del agua (8) y a los fenómenos extremos (11), el IPCC (el grupo de expertos mandatado por la ONU) mostraba que estos episodios se veían afectados por la acumulación de calor en el clima. Los científicos explican que un aumento de un grado de la temperatura global provoca un incremento del 7% de la humedad en la atmósfera. Esto alimenta el transporte de humedad y potencia las precipitaciones extremas.

La rapidísima intensificación de Milton tiene otra consecuencia: sus violentos vientos van de la mano de una presión muy baja, especialmente marcada en este caso. Este parámetro está siendo vigilado de cerca por las autoridades americanas porque está directamente relacionado con el riesgo de inundaciones cuando el huracán llegue a la costa. En efecto, si el aire ejerce menos presión sobre el mar, éste sube mecánicamente. En el caso de Milton, se espera que el nivel del agua suba alrededor de un metro en la costa oeste de Florida, en la región de Tampa, y localmente unos catastróficos 3 metros.