El presidente israelí, Isaac Herzog, lanzó un mensaje por las redes sociales llamando al ejecutivo a parar el trabajo legislativo sobre el proyecto de reforma que a causado un gran rechazo en la sociedad. El llamado de Herzog interviene después de que miles de personas se volvieran a manifestar el domingo por la noche y luego de que Netanyahu destituyera a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, que quería una pausa de la reforma.
Con el corresponsal de RFI en Tel Aviv, Daniel Blumental
La protesta contra la reforma judicial de Netanyahu está provocando una grave crisis social y también política en Israel. La última víctima ha sido el ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien había defendido poner en pausa el proyecto.
Hasta el presidente israelí ha llamado a detener esta reforma. "Toda la nación está profundamente preocupada. Nuestra seguridad, nuestra economía y nuestra sociedad están amenazadas", dijo el presidente Isaac Herzog.
"En nombre de la unidad del pueblo de Israel (…) los llamo a detener inmediatamente el proceso legislativo", añadió dirigiéndose al gabinete de Netanyahu y a sus aliados parlamentarios.
"Netanyahu perdió el control de su gobierno" y "Bibi es un peligro para la seguridad de Israel", así rezan los titulares de la prensa israelí impresa y electrónica desde anoche después de que Benjamin Netanyahu despidiera a su ministro de Defensa, quien había advertido que las protestas de pilotos de la fuerza aérea, de reservistas y hasta de soldados regulares de no presentarse a sus servicios en el ejército, hacían peligrar la seguridad del país frente a las amenazas de sus enemigos.
El primer ministro tenía planificado anunciar a la prensa a las diez de la mañana el congelamiento de la lectura de las leyes que convertirían a Israel en una dictadura autocrática, cediendo a las protestas populares, pero la coalición de gobierno permanece reunida desde la mañana sin darle el visto bueno, mientras continúan las deliberaciones en la comisión de leyes de la Knesset.
Huelga general
Este lunes por la mañana se sumó la principal central obrera a una huelga general. Mientras tanto se profundizan las grietas entre las filas del partido gobernante Likud, cuando por lo menos ya cuatro de sus ministros o diputados anunciaron que no seguirán apoyando a las leyes, consideradas por la oposición y por centenares de miles de manifestantes como un golpe de estado.
Frente a ello, el ministro de Justicia, Yariv Levin, quien encabeza los cambios legales amenaza con renunciar, lo que podría poner fin al actual gobierno de Netanyahu.
El proyecto promovido por el gobierno de Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia de Israel, busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el rol de la Corte Suprema.