La embajada iraní en Arabia Saudita vuelve a funcionar el 6 de junio, concretando el acercamiento entre ambas potencias rivales, tras más de siete años de ruptura. Pesos pesados de Oriente Medio Irán y Arabia Saudita rompieron sus relaciones en 2016 tras el ataque de misiones diplomáticas sauditas por manifestantes en la República islámica, luego de la ejecución por la monarquía del Golfo de un influyente religioso chiita.
Las dos potencias concluyeron en marzo pasado un acuerdo con la medicaión de China, que incluía la reapertura de sus respectivas embajadas además de la aplicación de acuerdos de cooperación económica y de seguridad.
La reconcialición entre ambas potencias regionales debería ser aún mas formal con la próxima visita del presidente iraní Ebraim Raisi a Riad, mientras Irán invitó al rey Salmán a visitar el país.
Marta González Isidoro, periodista y politóloga, especialista de Oriente Medio explica a RFI que, si bien Arabia Saudita tiene una relación estratégica con Estados Unidos, lleva años construyendo un equilibrio entre esta alianza con Estados Unidos y una política exterior independiente.
"Arabia Saudita busca diversificar sus relaciones no solamente en el ámbito económico, sino también hacia una política exterior, mucho más abierta, más flexible. Teniendo en cuenta las fluctuaciones que han tenido sus relaciones con Estados Unidos en la última década, las dinámicas de poder en toda la región están dibujando una nueva arquitectura de seguridad con bloques más flexibles y nuevos actores, por ejemplo China, que es un factor importante. También ocurre con Rusia, que son más amables en la visión de los árabes y que tampoco imponen condiciones que se entrometen en las agendas internas y que colisionan con las sensibilidades culturales de esta zona, como hace Estados Unidos".0