Sólo quedan dos días para alcanzar un acuerdo sobre la contaminación mundial por plástico. Reunidas en Busan (Corea del Sur), las Naciones Unidas negocian un tratado para reducir la contaminación y la producción de plástico en el mundo. Tras cuatro días de debates muy lentos, el viernes 28 de noviembre se redactó y presentó un primer proyecto de texto, pero está siendo criticado por todas las partes.

Cuatro días para elaborar un texto que no satisface a nadie. En Busan, las tensiones están a flor de piel. El viernes, tras un largo retraso, la presidencia de la conferencia distribuyó su propuesta de texto para un acuerdo sobre los plásticos.

La forma de este texto es sorprendente: no toma posición, sino que enumera las distintas opciones que los Estados miembros deberán elegir si mantienen o no. Artículos a los que algunos países ya se oponen firmemente, en particular sobre la reducción de la producción de plástico.

Un texto inviable

Juan Carlos Monterrey, representante de Panamá, tiene un mensaje claro para los países que se oponen a esta medida: “Si no quieren ayudarnos, por favor, déjennos hacerlo y apártense”.

David Azoulay, jurista del Centro Internacional de Derecho Ambiental, está de acuerdo. Para él, el texto simplemente no es viable en este momento.

“El texto no nos indica una dirección clara. Propone demasiadas opciones y demasiado divergentes como para que podamos ver un camino claro para terminar en 38 horas. Es un borrador que parece haber sido redactado no para que nadie esté contento, sino para que todo el mundo esté descontento”, afirma molesto. “Prácticamente excluye cualquier obligación sobre los productos químicos. Todavía tenemos disposiciones que tiran en direcciones opuestas. Si se aprueba una, las demás quedan anuladas. Así que es muy difícil ver cómo podemos convertir esto en un texto coherente en esta fase. Si tenemos que elegir lo que queremos de este menú, podemos acabar con algo que, tal y como está, sólo es tan bueno como el papel en el que está escrito”.

En resumen, aún queda camino por recorrer: los Estados miembros tienen hasta el domingo para llegar a un acuerdo sobre los distintos artículos propuestos en el texto. Tendrán que elegir entre encontrar un compromiso para todos o proceder a una votación, a riesgo de crear divisiones.