Francia mantuvo un minuto de silencio este lunes, en una jornada de duelo nacional, diez días después de que el ciclón Chido devastara el archipiélago francés de Mayotte en el Océano Índico. El ministerio del Interior francés contabiliza a la fecha 35 muertos y 2.500, aunque el número real de víctimas podría ser mucho mayor. Quedan muchas preguntas sin respuesta sobre lo que pudo causar esta tragedia.
Emmanuel Macron guardó un minuto de silencio este lunes 23 de diciembre en el Palacio del Elíseo. El presidente visitó la semana pasada este territorio francés del océano Índico, donde declaró enfadado “Yo no soy el ciclón”.
Los mayotenses han reprendido al jefe de Estado, frustrados por la lentitud de los servicios de emergencia. Macron pareció culpar a la meteorología de sus estragos.
Mayotte parece ser especialmente vulnerable a un acontecimiento de este tipo y que la tragedia era previsible. Los vientos del ciclón alcanzaron más de 220 kilómetros por hora, y tales fenómenos son raros en el archipiélago.
Chido no fue una tormenta extrema. Aunque no son habituales, éstas no son inauditas en Mayotte.
“Las consecuencias de los huracanes Chido e Irma en 2017 fueron diferentes. Hubo 11 muertos en las Antillas francesas, en cambio puede haber varios miles potenciales en Mayotte”, dice Magali Reghezza, especialista en riesgos naturales y vulnerabilidad territorial de la Escuela Normal Superior, en un artículo publicado en el sitio Bon Pote. “Sin embargo, en comparación con Irma, Chido es un ciclón 'pequeño': 220 km/h mientras que Irma tenía vientos de 320 km/h”.
Mayotte es mucho más pobre de lo que es San Bartolomé en el Caribe francés. Gran parte de sus residentes viven ilegalmente, en barrios extremadamente vulnerables a este tipo de sucesos.
Crisis preexistentes
Ha habido numerosas crisis en el archipiélago antes de Chido, como sequías repetidas y persistentes, y falta de inversión en infraestructuras.
Los hospitales, las escuelas y la red de transporte estaban infradimensionadas antes de Chido, lo que complica aún más las actuales operaciones de socorro. Esta falta de inversión también afecta a las infraestructuras que se supone que están adaptadas a los fenómenos meteorológicos extremos.
El gobierno francés dispone de un fondo verde especial para los territorios de ultramar. Se utiliza, por ejemplo, para reforzar los edificios en caso de ciclones o huracanes. A finales de 2023, se habían invertido 1,3 millones de euros para proyectos en Martinica, Guadalupe y Reunión, pero ninguno en Guayana o Mayotte.
Población vulnerable
A esta precariedad patrimonial se añadió la precariedad social: el medio meteorológico Météo-France anticipó correctamente la trayectoria del ciclón y su alcance. Se emitieron boletines de alerta temprana.
Pero esta información no llegó a los sectores más vulnerables de la población, sobre todo porque Mayotte no disponía de centros de evacuación específicos.
Además, varias fuentes informan de que muchos inmigrantes indocumentados no quisieron acudir a los refugios por miedo a ser identificados, detenidos y deportados.
Entrevistada por RFI, la diputada de Mayotte Estelle Youssouffa denunció que no haya cifras reales de la cantidad de desaparecidos en los barrios populares “porque se trata en su mayoría de poblaciones clandestinas que no estaban registradas”. Afirma que decenas de miles de personas vivían en estas zonas que “se han convertido en escombros y barro”.