Bajo la presión de las organizaciones ecologistas internacionales, Japón ha adoptado un nuevo plan climático a largo plazo. Más ambicioso que sus planes anteriores, se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 60% de aquí a 2035 con respecto a 2013, y en un 73% de aquí a 2040. Para cumplir sus nuevos compromisos, el país cuenta con la reactivación de su producción nuclear, catorce años después del accidente de Fukushima.
Con Frédéric Charles, corresponsal de RFI en Tokio
Los nuevos objetivos climáticos de Japón están en línea con los del Acuerdo de París, que pretende limitar el calentamiento global a menos de 1,5 grados Celsius respecto a la era preindustrial. La cuarta economía mundial sigue luchando con su transición energética.
Japón es el país del Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El primer compromiso de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Este protocolo se firmó en Kioto en 1997 – Angela Merkel era entonces Ministra de Medio Ambiente.
Desde entonces, Japón, como la mayoría de los demás países, nunca ha cumplido sus compromisos, y ahora se lo acusa de tener la combinación energética más contaminante de los países del G7. Sus nuevos objetivos pretenden reducir sus emisiones en un 73% para 2040, en comparación con los niveles de 2013.
Compromisos de geometría variable
Los compromisos de Japón son variables. En marzo de 2020, se comprometió a reducir sus emisiones sólo un 26% para 2030. En 2021, fijó su objetivo en el 46%.
Pero desde el accidente nuclear de Fukushima en marzo de 2011 y el cierre de todos sus reactores, Japón ha construido un impresionante número de centrales de carbón para generar electricidad. En 2023, el 70% de sus necesidades de electricidad se cubrirán con centrales térmicas.
Para llevar a cabo su nuevo plan climático, Japón confía sobre todo en la energía nuclear. Está volviendo a poner en marcha sus reactores parados. La energía nuclear aportará más del 20% de su producción eléctrica, lo que permitirá a la cuarta economía mundial reducir su factura energética. Cada día, Japón importa petróleo, gas y carbón por valor de más de 400 millones de dólares.
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