El 23 de enero, como cada año en Japón, se celebra el ‘Día Mundial de las Soledades’, jornada dedicada a la lucha contra el aislamiento, un problema social que, desde 2021, se ha convertido en una 'gran causa nacional'. Casi uno de cada tres japoneses tiene 65 años o más, una proporción que no tiene ningún otro país. Con nuestro corresponsal en Tokio, Bruno Duval
En Japón, cada año, miles de personas mayores que viven solas fallecen en sus domicilios sin que nadie se dé cuenta. Sus cuerpos son descubiertos mucho después por la policía, tras las quejas de los vecinos debido a los malos olores.
En diversas partes del país, se han creado equipos llamados ‘mimawaris’, que podrían traducirse como “ángeles guardianes”. Son voluntarios que, diariamente, envían un mensaje de texto a un adulto mayor aislado de su vecindario para asegurarse de que esté bien.
’Prestar atención a los demás'
La responsable de una asociación de este tipo explica que “un gran número de voluntarios participa en este proyecto comunitario, incluidos muchos jóvenes. Prestar atención a los demás, no vivir solo para uno mismo: evidentemente, es algo que llega a muchas personas”.
Un hombre septuagenario, viudo y sin hijos, con serios problemas de salud, ha encontrado gran utilidad en este servicio: “Aunque ya he aceptado la idea de morir pronto, me aterrorizaba que, debido a mi aislamiento, mi cadáver se descompusiera en casa durante semanas. Pero ahora me siento tranquilo: gracias a este servicio, cuando llegue el momento, todo saldrá bien”.
Varias generaciones bajo el mismo techo
Cada vez se desarrollan más las cohabitaciones intergeneracionales entre adultos mayores que viven solos y jóvenes en busca de alojamiento económico. Los primeros alquilan a bajo costo una habitación de su apartamento a los segundos.
Sin embargo, a pesar de estas iniciativas, el flagelo de la soledad en la tercera edad sigue siendo un problema importante. Las encuestas indican que el 30% de los adultos mayores aislados solo hablan con alguien una vez cada quince días.