Bajo el fuerte impulso de la Primera Ministra Giorgia Meloni y su partido de extrema derecha Fratelli d’Italia, Italia prohíbe desde el lunes 18 de noviembre la maternidad subrogada para sus ciudadanos. Esta legislación, que apareció en el Diario Oficial un mes después de haber sido aprobada por última vez por el Parlamento, se aplica no sólo a los italianos residentes en Italia, sino también a cualquier italiano que haya recurrido a la maternidad subrogada en un país extranjero donde esté autorizada.

Con nuestra corresponsal en Roma, Anne Le Nir

El proyecto de ley tardó casi un mes en pasar por el Parlamento italiano. El Presidente italiano, Sergio Mattarella, ha accedido finalmente a promulgar la ley sobre maternidad subrogada, que endurece la legislación de 2004.

Durante 20 años, la legislación italiana había prohibido la maternidad subrogada sólo en Italia. La nueva legislación también castiga a los italianos que recurren a esta práctica en países extranjeros donde es legal.

Cualquier pareja heterosexual o del mismo sexo que regrese a Italia se enfrentará a las mismas penas que en la ley de 2004: de tres meses a dos años de cárcel y una multa de hasta un millón de euros. La ley estipula que la maternidad subrogada es un delito universal.

La ley también pone de manifiesto un vacío legal. El registro civil de un niño nacido de una madre de alquiler se limita al progenitor biológico. Apoyada por los partidos de la oposición, la Asociación Luca Coscioni para la Libertad de Investigación Científica se ha declarado dispuesta a librar una batalla para apelar la ley ante el Tribunal Constitucional.