Este domingo, Israel impide a decenas de miles de personas regresar al norte del territorio por el corredor de Netzarim, paso fronterizo situado en el centro de la Franja de Gaza. Israel y Hamás se acusan mutuamente de no respetar el acuerdo de tregua, e Israel exige desde ayer, en particular, la liberación de un rehén civil.
El domingo, Israel acusó a Hamás de dos violaciones del acuerdo de tregua, justificando así su negativa a permitir que los desplazados del sur de la Franja de Gaza regresen al norte. Arbel Yehuda, una civil cuya liberación exigió Israel el sábado, “no ha sido liberada y la lista del estado” de los rehenes -vivos o muertos- “no ha sido presentada” por el movimiento islamista, indicó la Oficina del Primer Ministro en un comunicado. “Para permitir este retorno, Hamás debe liberar primero a Arbel Yehud. Una rehén civil israelí”, exigió Israel. “Será liberada la próxima semana”, respondió Hamás.
Por su parte, el movimiento islamista acusó a Israel de violar el acuerdo de tregua al impedir el regreso de los habitantes del norte de la franja de Gaza, obligados a huir de los bombardeos y combates hacia el sur del territorio. Dijo estar “siguiendo el asunto con los mediadores” y “responsabilizando a Israel del retraso en la aplicación del acuerdo”, informa la agencia AFP.
Los desplazados quieren recuperar sus hogares en el norte
Mientras tanto, miles de palestinos se agolpan cerca del corredor de Netzarim, que corta la Franja de Gaza en dos, desde el mar Mediterráneo hasta la frontera israelí.
“Estamos esperando a que se reabra el paso hacia el norte”. Rawan y su familia, que proceden de Shujai’yya, en la ciudad de Gaza, están impacientes por hablar con Rami Al Meghari en Gaza, con Sami Boukhelifa en Jerusalén. “Vamos a volver a casa caminando. Llevo una semana soñando con este momento, desde que entró en vigor el alto el fuego”, dice la joven. Al amanecer del sábado, la familia desmontó su tienda y espera volver a montarla más al norte, sobre las ruinas de su antigua casa destruida.
Pero para llegar hasta allí, tienen que cruzar Wadi Gaza, o el corredor de Netzarim, que sigue controlado por el ejército israelí. En teoría, las fuerzas de ocupación deben retirarse de este paso fronterizo este domingo. “Pero esta retirada es incierta”, se preocupa Ahcen. “Hay alrededor de un millón de personas, desplazados, que intentan volver al norte y que están atrapados aquí, en Jan Yunes. Estamos esperando a que el ejército israelí nos dé el visto bueno para poder cruzar”, explica este gazatí.
El sábado por la noche, el ejército hizo retroceder a esta multitud de desplazados disparando. Nada parece desanimar a este joven, que quiere reunirse con su familia en la ciudad de Gaza. Lleva 15 meses separado de ellos. “Lo primero que voy a hacer es abrazar a mi madre. Luego a mi padre. Luego a mi hermana y a mi hermano”.