Con el lanzamiento de una gran ofensiva en la provincia separatista de Nagorno Karabaj el martes 19 de septiembre, Azerbaiyán ha obligado a la parte armenia a dar un paso más hacia la reintegración del enclave en el redil constitucional azerí. Esto ha despertado la ira de una parte de la población, que guarda rencor al primer ministro Nikol Pachinian y se manifestó el miércoles por la noche. Pero los armenios también tienen otras preocupaciones.
Con nuestro corresponsal en Ereván, Régis Genté
La noche del miércoles 20 de septiembre, pocas horas después del anuncio del alto el fuego en Nagorno Karabaj y de la deposición de las armas por los secesionistas armenios del enclave, varios miles de manifestantes se congregaron en la plaza de la República de la capital, Ereván, con el objetivo de forzar la apertura de las puertas de la sede del gobierno armenio. El enfrentamiento cara a cara con los cientos de policías desplegados y concentrados frente a las entradas de los edificios oficiales, con sus escudos metálicos blancos, fue tenso.
Se produjeron algunos altercados, mientras la multitud exigía la dimisión del primer ministro, Nikol Pachinian. Aunque Pachinian no parece estar amenazado por el momento, es necesario seguir de cerca la situación. Hacer concesiones sobre Nagorno-Karabaj es muy arriesgado en Armenia. Por eso el primer presidente, Levon Ter-Petrossian, elegido en 1991 y reelegido en 1996, tuvo que dimitir en febrero de 1998, al no poder completar su segundo mandato.
Con esta nueva ofensiva azerbaiyana, Nagorno Karabaj parece a punto de reintegrarse plenamente en Azerbaiyán. Esto está provocando indignación en Armenia, aunque los sentimientos en la población son ambiguos.
No cabe duda de que Nagorno Karabaj ocupa un lugar importante en el corazón de los armenios. Pero Nikol Pachinian llegó al cargo de primer ministro en 2018 haciendo campaña con promesas centradas sobre todo en la vida cotidiana de los armenios: la lucha contra la corrupción, la mejora del estado de las carreteras… No en Karabaj. Y por eso también su partido, Contrato Civil, se consolidó ampliamente en las elecciones legislativas anticipadas de junio de 2021, a pesar de que el país, con Pachinian a la cabeza, había sufrido unos meses antes una fuerte derrota en Karabaj a manos del ejército azerbaiyano.
Se estima que unos 120.000 armenios viven en Nagorno Karabaj. Armenia acusó este viernes a Azerbaiyán de llevar a cabo una “limpieza étnica” en el enclave, una denuncia que Ereván ha realizado en otras oportunidades.
“Es cierto que el riesgo de que haya quiera deshacerse de todos los armenios en su territorio es real”, explica a RFI Eleonora Tafuro, especialista de Rusia y Cáucaso e investigadora del Instituto Italiano de Política Internacional.
“No estoy hablando de matanzas o de genocidio, pero sí que ha habido intentos de transferir esa población hacia Armenia. A la vez, Azerbaiyán hacer vayan tiene la obligación de intentar que este proceso tenga éxito y lo que estamos viendo ahora mismo no es una un proceso inclusivo y capaz por parte de Bakú. Todo lo contrario. Me parece que Bakú está, es simplemente buscando obtener todos sus objetivos a través de la fuerza y está dejando un poco de lado las negociaciones y las políticas de integración de esta gente”, agrega.
Mientras tanto, Azerbaiyán organiza este jueves conversaciones de paz con los separatistas armenios de Nagorno Karabaj.