El primer ministro Netanyahu estima que Israel y Estados Unidos pueden trabajar juntos para 'destruir las capacidades militares de Hamás y poner fin a su poder político en Gaza', garantizando de esta manera que Gaza 'no represente nunca más una amenaza para Israel'.  Analizamos esta declaración acerca del futuro de Gaza con Yigal Palmor, ex portavoz de la cancillería israelí, y Arie Kacowitz, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

"Hamás no va a desaparecer por completo, pero sí se puede contener. Es necesario impedir que se rearme, que reconstruya sus túneles y sus instalaciones militares subterráneas, y garantizar que no disponga de misiles ni cohetes para atacar a Israel. Esto podría generar una calma que permita la rehabilitación material de la Franja de Gaza y un retorno a la normalidad", afirma Yigal Palmor en declaraciones a RFI.

"Espero trabajar con ustedes para lograr el retorno de los últimos rehenes, destruir las capacidades militares de Hamás, poner fin a su poder político en Gaza y garantizar que Gaza no represente nunca más una amenaza para Israel", dijo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu este lunes en un mensaje de video dirigido a Trump, en el marco del segundo día de tregua con Hamás en este territorio devastado por más de 15 meses de guerra.

Si bien Hamás ha sido duramente golpeado durante los 15 meses de guerra, su objetivo no ha cambiado, subraya Arie Kacowitz. "Hamás aspira a un Estado palestino que abarque 'desde el río Jordán hasta el Mediterráneo'. Su demanda sigue siendo maximalista y extrema. Es importante recordar que se trata de una organización terrorista, no solo nacionalista, sino también islámica y radical. Hasta el día de hoy, Hamás niega completamente la posibilidad de un Estado judío, es decir, de Israel, en la tierra de Palestina. Esto contrasta significativamente con la postura pragmática y nacionalista de la OLP, que en los acuerdos de Oslo de 1993 aceptó la idea de dos Estados. Hamás, en cambio, busca un Estado palestino en lugar de Israel".

El profesor Arie Kacowitz añade que "las capacidades militares de Hamás han sido prácticamente diezmadas". Sin embargo, destaca que "la única forma de derrotar a Hamás es a través de la vía política" y lamenta que el gobierno israelí no haya explorado alternativas.

"En los próximos 42 días, Hamás recibirá un impulso considerable al encargarse de gestionar la ayuda humanitaria, que podría alcanzar entre 400 y 600 camiones diarios. La gran incógnita es si llegaremos a una segunda fase en la que Hamás, o lo que quede de su liderazgo, esté dispuesto a exiliarse a otro país, como ocurrió en la guerra de 1982. En ese caso, sería necesario establecer una fuerza de paz internacional o regional que reemplace al ejército israelí. Lamentablemente, hasta ahora Israel se ha opuesto a cualquier estrategia para determinar quién podría sustituir a Hamás. Aunque Hamás refuerza su legitimidad política, no representa la amenaza militar que suponía hace 15 meses".

Los esfuerzos políticos también son importantes

¿Es posible que Hamás no vuelva a representar una amenaza para Israel, como espera el primer ministro Netanyahu? Para Yigal Palmor, sí es posible, pero esto requerirá no solo operaciones militares, sino también esfuerzos políticos y diplomáticos coordinados.

"Era necesario derrotar a Hamás militarmente, ya que mientras posea cohetes y misiles, está claro que nunca abandonará su intención de utilizarlos. Por eso, era imprescindible desarmarlo. Sin embargo, no existen soluciones milagrosas para el odio profundo que los palestinos sienten hacia los israelíes. Lo importante es evitar que Hamás y otras organizaciones armadas en Gaza, como la Yihad Islámica u otros grupos más pequeños, tengan acceso a medios bélicos. Al mismo tiempo, mantener la calma y avanzar en la reconstrucción material podría, a largo plazo, contribuir a una relación más apaciguada y realista entre israelíes y palestinos", explica.

El ex portavoz de la cancillería israelí también sostiene que "para que Hamás deje de gobernar la Franja de Gaza, será necesario un esfuerzo coordinado con países árabes moderados y con fuerzas políticas palestinas dispuestas a desafiar a Hamás, al menos en el terreno político. Sin embargo, esto es extremadamente complicado en el contexto actual. Los países árabes moderados, como Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos, están dispuestos, en principio, a participar en este esfuerzo, pero exigen garantías de seguridad para su personal. Aun así, podemos contar con estos regímenes árabes moderados para construir un nuevo orden en Oriente Medio. Además, podrían desempeñar un papel importante en Siria para establecer un régimen más moderado. Nadie sabe si esto será posible en los próximos cinco o diez años, pero a corto plazo, el enfoque debe estar en reconstruir Gaza y permitir la implicación de estos países en ese proceso", opina. 

Cambios regionales tras 15 meses de guerra

Un punto a destacar, según Palmor, son los cambios regionales tras el conflicto: el debilitamiento del régimen iraní, principal apoyo de Hamás, y los duros golpes contra Hezbolá en Líbano.

"Irán y sus aliados en la región han sido completamente derrotados, lo que ha permitido contener su capacidad destructiva. Irán ha perdido todas sus cartas en la región y su imagen ha quedado profundamente dañada. Ahora es visto como un invasor sin capacidad para apoyar a sus propios aliados. El régimen sirio ha sido derrotado, y las milicias proiraníes en Yemen e Irak han sufrido enormes pérdidas materiales. Las ambiciones imperialistas de Irán no solo han sido derrotadas, sino que han perdido legitimidad a ojos de las poblaciones de Oriente Medio. Con la nueva administración estadounidense, la situación se complicará aún más para el régimen iraní", concluye.