El movimiento islamista palestino Hamás liberó este sábado a tres israelíes, como parte del sexto canje de rehenes por presos con Israel gracias a la tregua vigente en la Franja de Gaza, que estuvo a punto de romperse esta semana. Como en ocasiones anteriores, los milicianos de Hamás, encapuchados y armados, subieron a los rehenes a un estrado.
Los tres rehenes israelíes liberados este sábado por Hamás y la Yihad Islámica en Jan Yunis, en el sur de Gaza, ya han cruzado la frontera y se encuentran en territorio israelí. Alexander Trufanov, de 29 años; Sagui Dekel-Chen, de 36, y Iair Horn, de 46, escoltados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, ya están de camino a un punto de recepción en el sur de Israel, donde se reunirán con sus familiares. Una multitud de personas con pancartas y fotos de los rehenes se han congregado este sábado en Tel Aviv para seguir en directo la liberación de los secuestrados. Paralelamente, Israel debe poner en marcha ahora la excarcelación de 369 reos palestinos de sus prisiones.
En la ceremonia de liberación se ha producido un claro desafío al presidente de EE UU, Donald Trump, ya que en una de las lonas del escenario se ha podido leer: “No emigración excepto a Jerusalén”. Se trata de la negativa de Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007, a aceptar el plan del mandatario estadounidense, que quiere imponer la expulsión de los palestinos de la Franja, un plan considerado como limpieza étnica. Trump, además, ha amenazado con que se abrirían “las puertas del infierno” si Hamás no libera a la vez a todos los rehenes que quedan en Gaza, un total de 76 entre vivos y muertos.
La preocupación en Israel por el estado físico y psicológico de los rehenes se agudizó esta semana por las declaraciones de Keith Siegel, soltado a principios de mes, que habló de unas «condiciones inimaginables» de cautiverio.
El Comité Internacional de Cruz Roja señaló el viernes estar "muy inquieto" ante las condiciones de vida de los rehenes e insistió en la importancia de que las liberaciones se desarrollaran de forma "digna".
En el canje del 8 de febrero, Hamás obligó a tres rehenes muy debilitados físicamente a saludar a una multitud de gazatíes, un número que provocó rabia en Israel. Esa misma jornada, el Club de Prisioneros, que vela por los derechos de los presos palestinos, también informó que siete de los excarcelados fueron hospitalizados en Cisjordania "debido a la brutalidad" de su retención en Israel.
En la primera fase del acuerdo, con una duración inicial de 42 días, deben regresar a Israel 33 de los secuestrados. Sin embargo, la continuación del acuerdo es incierto porque las negociaciones sobre la implementación de la segunda fase todavía no empezaron. Los países mediadores esperan iniciarlas "la próxima semana en Doha" dijo una fuente próxima a las negociaciones. Hamás indicó que confía en ponerlas en marcha a principios de semana.
Esta segunda etapa debe permitir el regreso de todos los rehenes y el fin definitivo de la guerra. La tercera y última estará consagrada a la reconstrucción de la Franja, para la que la ONU calcula que serán necesarios más de 53.000 millones de dólares.