D-1 antes del inicio de las elecciones generales en India. En el bastión de Narendra Modi, en el corazón del estado de Uttar Pradesh, en el norte del país, las minorías luchan por unos pocos escaños para estar representados en el Parlamento.

Con la enviada especial de RFI en Benarés, Cléa Broadhurst

Es uno de los temas de esta campaña electoral: el lugar de las minorías en India. Los 10 años de Gobierno de Narendra Modi han llevado a Athar Jamal Lari, un representante musulmán del Bahujan Samaj Party (BSP) cuyo electorado está compuesto principalmente por dalits y castas inferiores, a postularse.

"El desempleo y la corrupción están en su apogeo, eso es lo que me hizo querer luchar contra este régimen dictatorial. Hay que defender las voces de los pobres, de los agricultores, de los estudiantes, de las minorías y de los musulmanes, porque en los últimos 10 años, el comunitarismo y el sectarismo han aumentado. Quieren dividir a hindúes y musulmanes. La política se hace a través de la polarización", dice.

Importancia de la laicidad

 Vishwambhar Nath Mishra, el sacerdote del templo hindú Sankat Mochan, está de acuerdo. Según él, la política y la religión nunca deben mezclarse: "Hay tantas religiones, tantas comunidades… Todas son buenas para la nación. Por lo tanto, es necesario abordar los problemas y el sufrimiento de todos y cada uno de nosotros. Todo el mundo disfruta de nuestra Constitución y la naturaleza de este país debe seguir siendo laica porque tenemos muchas comunidades y religiones que han vivido juntas durante siglos", estima.

El principal temor planteado en los debates es precisamente un posible cambio en la Constitución que podría llevar a que la India deje de ser un país laico.