El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, juró oficialmente su cargo en el Capitolio ante 600 invitados elegidos a dedo. Su primer discurso se centró en la lucha contra la inmigración ilegal, los valores conservadores, la economía y lo que describió como la “nueva edad de oro” de Estados Unidos. Un programa denunciado por los movimientos progresistas, que organizaron una última concentración en Washington coincidiendo con la toma de posesión.

Con los enviados especiales en Washington Vincent Souriau y Julien Boileau

Apenas 200 personas se reunieron bajo una temperatura de 10 grados bajo cero en un parque alejado de la Casa Blanca. El último acto de activismo de las organizaciones de izquierda parece irrisorio frente a la ola MAGA que se apoderó del espacio público el día de la toma de posesión.

“Estoy asqueada”

A pocos minutos de la toma de posesión de Donald Trump, Jessica Brady, activista feminista, se prepara para encajar los golpes de la nueva administración: “Estoy asqueada, al borde de la náusea. Es cierto que han sido unas elecciones libres y transparentes, no hay mucho que podamos hacer salvo prepararnos para lo que viene”, dice.

Leer tambiénApenas investido, Donald Trump firma un aluvión de decretos para su vuelta al poder

“En el fondo, espero que no sea tan malo como todo el mundo piensa, pero no tengo ninguna confianza en Donald Trump. La gente tiene miedo de lo que va a pasar hoy, y creo que están manteniendo un perfil bajo hasta que llegue la tormenta”, continúa. 

“Simplemente espantoso”

“Para mí, lo más preocupante es esta campaña de deportaciones masivas. Me temo que van a detener a estas personas mucho antes de poder deportarlas. Es poco ético, inconstitucional y, en general, simplemente espantoso”, concluye.

Los comités de apoyo a la causa palestina, las ONG de defensa de los derechos LGBT y los escasos sindicalistas que alzan la voz prometen luchar. Pero van a enfrentarse a una montaña en Estados Unidos. A diferencia de 2016, el bando de Trump tiene experiencia política, todas las llaves del poder y el apoyo del voto popular.