Georgia celebra este sábado elecciones parlamentarias, en las que se decidirá si los populistas de Sueño Georgiano repiten en el poder o si la oposición logra destronarlos y vira el rumbo del país, alejado en los últimos años de su camino a la adhesión a la Unión Europea. 

De nuestro enviado especial a Tiflis, Andrés Mourenza.

Georgia se enfrenta este sábado a unas elecciones parlamentarias cruciales en las que  3,5 millones de votantes de este país caucásico deben decidir si otorgan un nuevo mandato al partido populista Sueño Georgiano, en el poder desde 2012 y cada vez más autoritario, o si permiten que los partidos de oposición liberal formen gobierno.  

Las elecciones son consideradas un plebiscito. Pra el partido de gobierno yay que elegir entre. Paz o la guerra. 

Nikoloz Samkharadze, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento y candidato por Sueño Georgiano, afirma que “la oposición es tan radical que pretende provocar una escalada con Rusia y arrastrar al país a la guerra, como ocurrió ya en 2008”.  

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Para la oposición esto es solo propaganda y el verdadero referéndum es entre la Unión Europea y Rusia. 

Alexander Krevo-Asatiani, del principal partido opositor, explicó que “las principales formaciones contrarias al Gobierno han firmado un pacto para retornar Georgia a la vía europea”, un deseo que comparte la mayoría de la población. Criticó también que el Gobierno cada vez más autoritario pone en peligro esta aspiración.  

Georgia recibió el estatus de país candidato a la adhesión europea en diciembre del año pasado, pero las autoritarias medidas aprobadas por el Gobierno actual y su acercamiento a Rusia y China han hecho que el proceso quede congelado.  

La Unión Europea ha advertido de que, si no cambia el rumbo, Georgia jamás podrá acceder al club comunitario.